Cientos de neoyorquinos han marchado este domingo para defender los derechos de los inmigrantes que se preocupan ante el incierto Gobierno de Trump.
Los participantes en la marcha han expresado su oposición a las amenazas vertidas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de deportar a millones de inmigrantes indocumentados que viven en este país, informa la cadena televisva local CBS New York.
Durante la acción de protesta, que se ha realizado desde las inmediaciones de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta la Torre Trump, los manifestantes han portado banderas de México y pancartas con lemas como «Nuestro Nueva York es un Nueva York de Inmigrantes», según la agencia de noticias Efe.
Esta lucha acaba de empezar (…) ¡Aquí estamos y no nos vamos! (…) tendremos que estar en las calles para manifestar nuestra oposición a lo que están tratando de hacer”, dice la presidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Melissa Mark-Viverito.
“Esta lucha acaba de empezar (…) ¡Aquí estamos y no nos vamos! (…) tendremos que estar en las calles para manifestar nuestra oposición a lo que están tratando de hacer”, ha dicho la presidenta del Concejo Municipal de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, durante un mitin previo a la marcha.
Mark-Viverito, de igual modo, ha enfatizado la necesidad de “rechazar las políticas reaccionarias” de Trump que “no representan a la mayoría de esta ciudad (Nueva York)”.
En el mencionado mitin asimismo ha participado la puertorriqueña Nydia Velásquez, miembro de la Cámara de Representantes de EE.UU., quien ha asegurado que “la fuerza de nuestra ciudad es su diversidad”, además de expresar su rechazo a leyes antiimigrantes “No toleraré ninguna ley que separe a las familias”.
Entre los inmigrantes indocumentados presentes en la marcha se encontraba la ecuatoriana Sara Martínez, que ha dicho: “Con la elección de Trump ha salido a flote un nuevo odio y mucha mala información» sobre los migrantes.
Durante su campaña electoral, Trump prometió crear “una fuerza de deportación” para expulsar a los inmigrantes indocumentados, en especial a los mexicanos a los que tildó de “criminales y violadores”. Tras ello, el presidente entrante de EE.UU. fue tachado de “racista”, “bandido” e “hipócrita”.
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