Inicio EEUU “Nunca habíamos tenido un candidato tan repugnante como Trump”

“Nunca habíamos tenido un candidato tan repugnante como Trump”

La victoria de Donald Trump ha caído como una bomba en algunos estados demócratas que desde hace años que avanzan en la agenda progresista independientemente del Gobierno federal. El más grande es California, un estado demócrata desde hace dos décadas donde Hillary Clinton ganó las elecciones por más de 4 millones de votos y 30 puntos. Si Trump cumple sus promesas, la política del Gobierno federal de Estados Unidos chocará frontalmente con prioridades de Estado en California como la defensa de los inmigrantes indocumentados, la lucha contra el cambio climático o la expansión del seguro médico. En la apertura del curso legislativo, el pasado lunes, el presidente del Senado californiano, Kevin de León, hizo un discurso desafiante y dijo que California no dará un paso atrás en estas políticas. De León (San Diego, 50 años) es el hispano con el cargo electo más alto de California, donde el 39% de la población es latina. De León recibió a EL PAÍS el jueves en la oficina de su distrito electoral, en Echo Park, Los Ángeles.

Pregunta. ¿Se imaginó en algún momento de la campaña que la elección podía acabar así?

Respuesta. Nunca jamás. Quizás cuando el escándalo de la carta del director del FBI, James Comey. Sabía que eso hacía la contienda electoral más cerrada, pero nunca en mi vida me esperé la elección de alguien como Donald J. Trump. Nunca. Porque nunca hemos visto en la historia moderna de Estados Unidos un candidato tan repugnante, promoviendo una retórica vil contra los más vulnerables, inmigrantes, afroamericanos, mujeres, latinos. Eso no se vio con Mitt Romney, ni con Mc Cain, ni con Bush, ni con Reagan.

P. El lunes pasado abrió el curso en el Senado con un discurso desafiante. ¿Cómo explicaría cuál es la gravedad de la situación?

R. Hay mucha inseguridad en este momento porque no se sabe si el presidente electo convertirá su retorica en políticas públicas, en materia de cambio climático, de deportaciones de familias. Pero se muestra a través de sus elegidos para el Gabinete. El fiscal general Jeff Sessions, el jefe de la Oficina de Medio Ambiente, Scott Pruitt, es un negacionista del cambio climático, campeón de los combustibles fósiles. Nunca había habido un perfil tan obvio como este. Son tiempos muy difíciles en EE UU, hay mucha inseguridad.

P. ¿Y en qué afecta a California?

Kevin de León, en su despacho de Los Ángeles.

R. Somos la quinta potencia mundial. Mi papel es hacer todo lo posible para defender los derechos plenos de los ciudadanos de california y también nuestras políticas públicas en materia de cambio climático, subir el salario mínimo a 15 la hora o defender los derechos de los inmigrantes. No buscamos un pleito no lo queremos, pero estamos preparados para defender las políticas, y mas importante, los valores de california.

P. ¿Recuerda alguna situación parecida?

R. En mi vida política no. Pero un ejemplo paralelo puede ser el estado de Texas con el actual presidente. Fue Texas el que congeló la acción ejecutiva de Obama en inmigración con una demanda.

P. El Estado de Texas ha sido prácticamente obstruccionista. ¿Hay una línea que separa una cosa de otra?

R. No somos obstruccionistas. Para nada. Somos oficiales electos políticos maduros con la responsabilidad de representar a todos nuestros ciudadanos. No creo que subir el salario a 15 dólares la hora favorezca solo a demócratas. No creo que políticas que reducen el nivel de contaminantes, o el acceso a cobertura médica para los más humildes favorezca solo a los demócratas.

P. ¿Tienen claro qué se puede hacer y qué no legalmente?

R. No se puede dar una respuesta concreta. Estamos analizando todas nuestra herramientas por si llega el caso de que a partir de enero haga todo lo posible contra los avances de California. Si tenemos que ir a la corte, iremos a la corte.

P. ¿Cuál es el peor escenario?

R. Que destroce completamente el Affordable Care Act (Obamacare) y millones de personas en las zonas más humildes no tendrán acceso médico. Cuando se enfermen irán a las salas de emergencia y el contribuyente, de ambos partidos políticos, pagará las consecuencias por esas visitas. Eso sería muy grave para el Estado de California. Afectaría a nuestra calificación de crédito y puede ser una brecha presupuestaria. Trump puede castigar al Estado de California con fórmulas de Medical, el programa médico para personas con muy bajos ingresos, y tendremos que pagar esos gastos.

P. ¿Hasta qué punto puede un Gobierno federal de Donald Trump jugar con la amenaza de los fondos federales?

R. Hay leyes constitucionales por las que no puede castigar a un Estado. Por ejemplo, en este tema controvertido de las ciudades santuario (ciudades como Los Ángeles o San Francisco que se niegan a colaborar con la policía de inmigración). Él dice que les puede cortar los fondos federales. Una amenaza política. Eso sería una vendetta política, estamos investigando con nuestros abogados y hay leyes constitucionales por las que un presidente no pude castigar a un Estado quitando fondos por no cumplir con el Gobierno federal. Estamos investigando para prepararnos. Pueden ser fondos del tren de alta velocidad, fondos de Medical, fondos para la Universidad de California. Hablamos de miles de millones de dólares.

P. Trump mantiene todas su políticas después de haber ganado, pero algunas ideas las está matizando, como si se estuviera dando cuenta de que no lo puede hacer todo. ¿Tiene algún tipo de esperanza de que el peso de la Casa Blanca y el entorno de Washington pueda moderar al presidente?

R. No voy a decir que no, pero tampoco que sí. No se sabe. Su asesor político principal en el ámbito de inmigración es Kris Kobach, un tipo antiinmigrante, el autor intelectual de la ley SB50 de Arizona. El jefe de la Agencia de Medioambiente (EPA) es un tipo muy cercano a la industria petrolera que no cree en el cambio climático. El fiscal general, Jeff Sessions, es un tipo racista de una forma muy obvia. Así que yo no confío. Esas son las señales, y son muy claras.

P. Durante la campaña oímos mucho en California comparaciones entre esta ola de xenofobia antiinmigrantes a nivel nacional con la que hubo en este estado en 1994, que se considera el inicio del hundimiento del Partido Republicano californiano. ¿Sigue valiendo la comparación?

R. Fue una batalla que ganaron a corto plazo y a largo plazo perdieron la guerra. Yo puedo decir que ojo, ese capítulo ya se escribió en California hace 22 años. Puede ser que a largo plazo sea una derrota total para el Partido Republicano. Mi consejo político, ojo. La victoria de Donald Trump puede ser un ejemplo paralelo a nivel nacional.

P. Visto por un demócrata lejos de Washington. ¿Qué falló en la campaña de Hillary Clinton?

R. Muchas cosas. Fueron tres estados en particular. Michigan, Pensilvania y Wisconsin. En esos tres estados claves no buscaron los recursos necesarios y las tropas para bregar directamente con los votantes. No supieron aprovechar las ventajas de la maquinaria demócrata en esos tres estados.

P. Como californiano, ¿crees que hay que abolir el Colegio Electoral, como ha dicho la senadora Barbara Boxer?

R. Completamente. Es un sistema tan viejo que no tiene nada que ver con nuestro país hoy día. Cómo es posible que California vote a favor de Hillary Clinton por una diferencia de cuatro millones de votos, somos la quinta potencia mundial, mandamos más dinero a Washington que cualquier otro estado de la Unión, y un estado como Wyoming tenga el mismo poder. En un barrio de Los Ángeles hay tantos habitantes como en todo el Estado de Wyoming. Es un sistema viejo que discrimina las zonas urbanas y los estados con más habitantes.

P. Al mismo tiempo, si solo contara el voto popular al presidente lo elegirían California y Nueva York solos.

R. Bien, ¿no? Yo vivo en California.