El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha advertido a Donald Trump, quien le sucederá en enero, de la respuesta de China a un acercamiento con Taiwán.
En declaraciones realizadas el viernes durante su última rueda de prensa del año desde la Casa Blanca, Obama abordó, entre otros temas, la polémica originada a principios de este mes por el contacto establecido entre el presidente electo estadounidense y la mandataria de Taiwán, Tsai Ing-wen.
El saliente mandatario, argumentó que el statu quo entre China y Taiwán, sustentado en el principio de “una sola China” –que Trump ha cuestionado y amenazado con romper– ha contribuido a “mantener la paz”.
La idea de una sola China está en el corazón de su concepción como nación. Y si vas a desdecir ese entendimiento, debes pensar en las consecuencias”, declaró el saliente presidente estadounidense, Barack Obama.
“La idea de una sola China está en el corazón de su concepción como nación. Y si vas a desdecir ese entendimiento, debes pensar en las consecuencias”, declaró Obama, que apostilló además que la reacción china “en esta cuestión podría ser muy significativa”.
En este sentido, recalcó al magnate republicano que establecer una buena relación bilateral entre EE.UU. y China es de gran importancia y es una cuestión que ha de ser abordada cuidadosa y metódicamente, dado a “lo mucho que hay en juego”.
El mandatario señaló que también existe la posibilidad de que la relación con Pekín “se rompa o entre en un modo de conflicto total del que todo el mundo saldría perdiendo”.
En relación a la llamada telefónica de la presidenta taiwanesa que aceptó Trump –y que supuso el primer contacto de alto nivel entre ambas partes en casi 40 años–, Obama matizó que toda la política exterior de EE.UU. “debería estar sujeta a una mirada fresca”.
Bajo la política de “una sola China”, que ha sido la base de las relaciones bilaterales entre EE.UU. y el país asiático desde 1972, Washington reconoce solamente a Pekín como el único Gobierno chino, el cual denuncia las aspiraciones independentistas de Taiwán. Es por ello que la llamada de Trump con Ing-wen levantó una ola de protestas y condenas del gigante asiático.
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