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Propuesta de Rubio sobre sanciones a Rusia es una señal más de su alejamiento de Trump

El nuevo proyecto de ley de Marco Rubio, que penaliza a Rusia por cualquier interferencia en elecciones futuras en Estados Unidos, es la evidencia más reciente de una separación sutil entre el republicano por la Florida y ciertos elementos de su partido que repiten el argumento del presidente Donald Trump de que las investigaciones sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales del 2016 son una cacería de brujas partidista.

Rubio trabajó recientemente con el Concejo de Washington DC, de inclinación liberal, para que la calle de la embajada rusa llevara el nombre del asesinado líder opositor Boris Nemtsov. Rubio también sigue expresando confianza en la investigación del fiscal especial Robert Mueller, mientras otros republicanos cuestionan los motivos de Mueller. Y la nueva iniciativa de ley, copatrocinada por el senador Chris Van Hollen, demócrata por Maryland, da más poder al Congreso, en vez de al presidente, a la hora de sancionar a Rusia por interferir en las elecciones.

Pero partidarios de Rubio en el Congreso insisten que el senador no está cambiando sus ideales y que sus medidas no están impulsadas por animosidad hacia el presidente. En su lugar, la actitud de Trump hacia Rusia y la investigaciones, que ya han llevado al encausamiento de cuatro antiguos funcionarios de campaña de Trump, entre ellos el ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, está haciendo que personas de línea dura contra Rusia, como Rubio, queden más alejados del grupo más cercano a Trump entre los republicanos.

“Creo que él respeta sus propios valores y los valores de nuestro Partido Republicano”, dijo la representante Ileana Ros-Lehtinen, republicana por Miami y crítica de Trump. “Lo que pasa ahora es que en lugar de ser el Partido Republicano es el Partido de Trump. Pero Marco es un verdadero republicano, en el sentido más clásico de la frase. ¿Quién iba a pensar que ser receloso, tener sospechas de tácticas de mano dura contra Rusia se consideraría así?”

Para Rubio, esa línea dura contra la interferencia rusa data de las elecciones del 2016, cuando abandonó la campaña presidencial tras perder frente a Trump en la primaria republicana de la Florida. Rubio dijo el año pasado que antiguos empleados de su campaña fueron objetivo de direcciones de IP rusas desconocidas.

“En julio del 2016, poco después que anuncié que me postularía a la reelección al Senado federal, antiguos miembros del equipo de mi campaña presidencial que tuvieron acceso a información interna de mi campaña fueron objetivo de direcciones de IP dentro de Rusia con ubicación desconocida”, dijo Rubio en una audiencia en el Senado. “Ese esfuerzo no resultó. Creo que es apropiado informar de esto a la comisión, puesto que mucho de lo que sucede ha tomado un tono partidista”.

No está claro si el proyecto de ley de Rubio y Van Hollen se tramitará con rapidez en el Congreso con un gran apoyo, como el proyecto de ley del 2017 que contenía sanciones contra Rusia y que Trump firmó de mala gana después de conseguir un apoyo a prueba de veto. Varios despachos del Senado dijeron que están esperando a que la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia emita recomendaciones de seguridad específicas sobre elecciones antes de apoyar formalmente un proyecto de ley relacionado con la interferencia rusa en las elecciones.

Pero incluso algunos de los principales defensores de Trump en el Congreso aprueban los esfuerzos de Rubio y Van Hollen, aunque tienen un argumento partidista para ello.

“Eso sería fabuloso”, dijo el representante Louie Gohmert, republicano por Texas, cuando le preguntaron sobre la nueva iniciativa de ley. “Eso significa que si los rusos verdaderamente entregaron… a los demócratas mentiras sobre Trump y trataron de influir sobre la elección, me gusta la idea”.

No está claro qué postura tiene Trump sobre el proyecto de ley de Rubio y Van Hollen, porque la Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentario, aunque la Casa Blanca dijo el año pasado que el proyecto de ley de sanciones a Rusia “infringe la autoridad del poder ejecutivo para negociar”.

Pero Ros-Lehtinen dijo que el argumento de Trump de que las sanciones automáticas reducen su poder ejecutivo también fue esgrimido por el presidente Barack Obama, y que el presidente debe ceder más poder al Congreso si queda claro que el poder ejecutivo no puede negociar buenos acuerdos.

“El presidente Trump puede pensar que las sanciones socavan su capacidad para lograr acuerdos, pero esto es muy parecido a la preocupante declaración de Obama a otro líder ruso sobre tener más flexibilidad después de su reelección”, dijo Ros-Lehtinen en un comunicado. “No necesitamos más acuerdos con los rusos. Lo que necesitamos es más sanciones contra países como Rusia que interfieren en nuestro proceso electoral”.

El representante Mario Díaz-Balart, republicano por Miami, dijo que espera que el proyecto de ley de Rubio reciba un amplio apoyo entre los republicanos, aunque en la Cámara de Representantes todavía no se ha presentado un proyecto de ley sobre el mismo asunto.

“Yo he dicho un millón de veces que los rusos han interferido en nuestros asuntos en muchas ocasiones y han tratado de interferir en nuestras elecciones”, dijo Díaz-Balart. “No creo que va a ser un tema muy controversial”.

Los despachos de Rubio y Van Hollen dijeron que la iniciativa de ley es necesaria porque Trump no ha tomado medidas para establecer un marco para las sanciones. La ley contempla obligar al presidente a implementar medidas específicas contra los rusos en los 10 días siguientes al momento en que el director de Seguridad Nacional determine que hubo interferencia en las elecciones, si ese es el caso.

Y aunque otros republicanos, como el representante floridano Francis Rooney, han pedido una “purga” del FBI y el Departamento de Justicia después que Mueller sacó de su investigación a varios abogados que enviaron mensajes contra Trump, Rubio no ha cambiado su mensaje.

“Antes pensábamos que Rusia era el imperio del mal. Pensábamos en las cosas que hacían contra Estados Unidos como eso, algo contrario a los valores estadounidenses tradicionales”, dijo Ros-Lehtinen. “¿Ahora entonces debemos admirar las tácticas de mano dura de Vladimir Putin? Marco nos lleva de regreso a lo que era nuestro partido con Ronald Reagan y otros líderes, un país que entendía los peligros del comunismo, de los regímenes autoritarios y la cautela, en el mejor de los casos, [que se debe tener] ante matones como Putin, quien tiene una actitud global y ha interferido en nuestras instituciones democráticas. ¿Qué le pasó a nuestro partido?”

Anita Kumar, corresponsal de McClatchy en la Casa Blanca, contribuyó e este reportaje.