Inicio EEUU Representantes de Twitter se reúnen a puerta cerrada en el Congreso

Representantes de Twitter se reúnen a puerta cerrada en el Congreso

Representantes de la red social Twitter tienen programada para este jueves una reunión a puerta cerrada con miembros de los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes y el Senado para discutir sobre posibles conexiones en la interferencia rusa en las elecciones presidenciales del año pasado.

Las sesiones a puerta cerrada se producen posteriormente a una serie de reuniones similares con representantes de Facebook, quienes también accedieron a proporcionar a los legisladores 3.000 anuncios vinculados a Rusia que implican divisivas cuestiones sociales y políticas que se colocaron en su plataforma.

Los comités están examinando la divulgación de noticias falsas y si alguien en Estados Unidos ayudó a orientar el contenido a ciertos usuarios. En el caso de Twitter, incluye la examinación de cuentas llamadas “bot accounts” que se configuran para difundir información de manera rápida y automática.

“Twitter respeta profundamente la integridad del proceso electoral, una piedra angular de todas las democracias y continuaremos fortaleciendo nuestra plataforma contra cuentas engañosas y otras formas de manipulación que violen nuestros términos de servicio”, dijo la red social en un comunicado mientras anotó que está cooperando con la investigación.

Las reuniones con empresas de tecnología han estado cerradas al público, pero tanto los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes como del Senado planean celebrar audiencias públicas sobre el uso de herramientas en línea en relación con los esfuerzos para influir en las elecciones.

Los comités han invitado a Facebook, Twitter y Alphabet, una empresa matriz de Google, a comparecer a una serie de audiencias programadas para octubre con el panel de la Cámara de Representantes y en noviembre en el Senado.

Las agencias de inteligencia estadounidenses dijeron en un informe a principios de este año que evaluaban una supuesta campaña de influencia ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, para inclinar la balanza a favor de Donald Trump y en contra de Hillary Clinton durante la campaña electoral en 2016.