Inicio EEUU Secretario de Estado de EE.UU. llega a Beijing para tratar disputas regionales

Secretario de Estado de EE.UU. llega a Beijing para tratar disputas regionales

El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, llegó el sábado a Beijing para sus primeras conversaciones cara a cara con miembros del gobierno chino.

Se espera que las reuniones se centren en el programa nuclear norcoreano, el comercio y las disputas territoriales del Mar de la China Meridional.

Tillerson dijo el sábado que Estados Unidos quiere mantener lazos positivos basados en «la no confrontación, el no conflicto y el respeto mutuo».

Se espera que aborde con China las reclamaciones del gigante asiático sobre prácticamente todo el Mar de la China Meridional, que incluye construir islas sobre arrecifes de coral, equipadas con pistas de aterrizaje e instalaciones militares.

Tillerson llegó a China tras advertir el sábado en Corea del Sur que podrían requerirse acciones militares preventivas contra Corea del Norte si la amenaza de su programa armamentístico alcanza un nivel «que creamos requiere medidas».

Rex Tillerson y el consejero de Estado chino Yang Jiechi asistieron a una reunión en la pensión estatal Diaoyutai en Beijing el sábado 18 de marzo de 2017.

Rex Tillerson y el consejero de Estado chino Yang Jiechi asistieron a una reunión en la pensión estatal Diaoyutai en Beijing el sábado 18 de marzo de 2017.

China, principal fuente de apoyo diplomático y asistencia económica para Pyongyang, no ha respondido por el momento a esos comentarios, aunque Beijing ha reiterado sus peticiones de que se reduzca la tensión.

El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, con el que Tillerson se reunió el sábado por la tarde, advirtió la semana pasada de que Corea del Norte y Washington y Seúl eran como «dos trenes acelerando» en ruta de colisión, y ninguno estaba dispuesto a ceder el paso.

«La cuestión es: ¿Están de verdad los dos bandos dispuestos a una colisión frontal?», preguntó Wang a periodistas. «Nuestra prioridad ahora es encender la luz roja y activar los frenos en ambos trenes».

La visita de Tillerson a Beijing es la última parada de su gira por tres países del nordeste de Asia, que comenzó en Japón.

Miembros del Departamento de Estado la han descrito como una «gira para escuchar» mientras el gobierno prepara una estrategia coherente ante Corea del Norte coordinada con sus socios en Asia.

Durante su sesión de confirmación en el Congreso el pasado enero, Tillerson comparó la construcción de islas y el despliegue de activos militares por parte de China con la anexión rusa de Crimea en 2014, y sugirió que no debería permitirse a China acceso a las islas.

Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió durante su campaña imponer un arancel del 45% sobre las importaciones chinas y clasificar al país como manipulador de divisas, ha dado indicios de que vaya a hacer ninguna de las dos casas.

Su candidato a representante estadounidense de Comercio, Robert Lighthizer, ha dicho que emplearía una «estrategia en varios frentes» para combatir las prácticas comerciales abusivas de Beijing.

Comercio

El espinoso asunto del comercio será tema clave de la reunión del secretario de estado Rex Tillerson con los líderes chinos cuando visite Beijing el sábado y domingo próximos.

El presidente Donald Trump ha criticado hasta el cansancio las prácticas comerciales de Beijing y las conversaciones con China no serán fáciles.

La visita de Tillerson es su primera a Asia como secretario de Estado, y es vista como un paso importante para diseñar la ruta de la relación bilateral de las dos economías más grandes del mundo.

«Queremos poder tener una discusión constructiva con China que nos permita tratar áreas problemáticas y avanzar en los temas», dijo la subsecretaria de Estado interina Susan Thornton a periodistas.

Trump y el presidente chino Xi Jinping hablaron por teléfono el mes pasado y las relaciones parecen avanzar en dirección correcta.

Pese a ello y a las promesas renovadas chinas de dar mayor acceso a las compañías extranjeras, persisten en la nación asiática las preocupaciones por una posible guerra comercial.

«No queremos ver una guerra comercial entre nuestros países», señaló el premier chino Li Keqian. «Eso no haría más justo nuestro comercio. Nuestra esperanza en el lado chino es que no importa que pueda afectar nuestra relación, esperamos continuar avanzando en una dirección positiva».