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Teniente venezolano que desertó enfrenta la deportación de Estados Unidos

Un oficial militar venezolano que desertó para solicitar asilo en Estados Unidos enfrenta la deportación la próxima semana, y regresaría a manos del mismo gobierno que Estados Unidos ha calificado de dictadura y que dice debe ser castigado.

Esta yuxtaposición revela los peligros que enfrenta el gobierno del presidente Donald Trump para equilibrar las políticas de inmigración de línea dura del presidente con la promesa de defender a cientos de miles de venezolanos que huyen del gobierno de Nicolás Maduro, que ha llevado el país al caos económico y humanitario.

El primer teniente Helegner Tijera Moreno, de 39 años y padre de un adolescente, enfrenta el martes su última audiencia de detención y pudiera ser deportado tras pasar casi dos años en un centro de detención de Nuevo México.

Tijera Moreno llegó a Estados Unidos en septiembre del 2016 para solicitar asilo y le concedieron una audiencia después de decir a agentes federales que la inteligencia militar venezolana lo considera un traidor por hablar contra el gobierno de Maduro. Según documentos judiciales, Tijera Moreno fue amenazado con prisión después que el gobierno lo acusó de “militancia política”.

A Tijera Moreno ya le tienen programada la deportación, pero autoridades de inmigración se reunirán el martes para tomar una decisión definitiva. Es posible que lo liberen y le permitan quedarse en Estados Unidos si el gobierno venezolano se niega a recibirlo de vuelta.

“No me queda mucho tiempo”, declaró Tijera Moreno a McClatchy, hablando por teléfono desde el centro de detención de inmigración en Otero, Nuevo México. “En este momento tengo muchas emociones. Estoy muy nervioso. No sé qué más puedo hacer”

Tijera Moreno tiene razones para preocuparse por un posible regreso.

Las fuerzas de seguridad venezolanas han arrestado y encarcelado a muchos oficiales militares bajo sospecha de “rebelión” y “traición”.

Mientras tanto, Estados Unidos sigue deportando venezolanos a la vez que presiona a sus aliados en la región a “hacer más” sobre el hambre y la opresión en Venezuela. Más de 100 venezolanos han sido deportados desde abril, cuando representantes estadounidenses estaban en Lima, Perú, para la Cumbre de las Américas, donde prometieron hacer “todo lo que esté a nuestro alcance para apoyar a los que huyen de la tiranía”.

La deportación de venezolanos ha aumentado 36 por ciento, de 182 en el 2016 a 248 en el 2017. Y cuando quedan dos meses para que concluya el años fiscal 2018, Washington ya ha deportado 258 venezolanos, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

El gobierno no ha respondido a preguntas sobre las deportaciones, pero afirmó que está discutiendo formas de ayudar a los venezolanos que llegan a la frontera, incluida la posibilidad de otorgarles asilo.

El hecho de que la deportación de Tijera Moreno ya esté programada es más sorprendente, tomando en cuenta el precedente estadounidense de proteger a individuos que huyen de gobiernos considerados enemigos de Washington.

“En el escenario mundial, el gobierno de Estados Unidos pide la renuncia de Maduro, impone sanciones y condena los resultados de las elecciones, pero a la vez coordina con ese mismo gobierno para deportarlo”, dijo Liz Martínez, director de defensa de Freedom for Immigrant, que ha estado trabajando con Tijera Moreno. “Es algo muy hipócrita, especialmente porque es un desertor de las fuerzas armadas de Venezuela que probablemente sea encarcelado y torturado [si lo devuelven]”.

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Un militar venezolano sangra de una herida en la cabeza tras un incidente ocurrido durante un discurso del presidente Nicolás Maduro en Caracas el 4 de agosto del 2018,

Xinhua AP

Stephen Yale-Loehr, quien ha representado a desertores militares que piden asilo en Estados Unidos, y es codirector de la clínica de asilo político de la Facultad de Derecho de la Universidad Cornell, dijo que en el pasado los que han huido de las fuerzas armadas de gobiernos adversarios de Estados Unidos, como Rusia y Afganistán, han tenido más probabilidades de recibir asilo.

“Si usted huye de un gobierno que Estados Unidos apoya, como Canadá, probablemente le nieguen el asilo”, dijo Yale-Loehr. “Pero si usted huye de un gobierno como el de Venezuela, al que Estados Unidos se opone, tiene más probabilidades de que le den asilo, aunque la situación sea similar”.

Más de 2 millones de venezolanos han huido de su país en medio de la mala administración del gobierno y la hiperinflación. La economía ha colapsado en lo fundamental y millones sufren una fuerte escasez de alimentos y medicinas.

El miércoles, Mark Green, administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), dijo que el mundo tiene con Colombia “una deuda de gratitud por su disposición” a recibir a una enorme cantidad de refugiados venezolanos.

Pero la deportación de venezolanos desde Estados Unidos, así como las políticas de cumplimiento de inmigración del gobierno del presidente Trump, han provocado asombro en la región, donde varios países, a pesar de que Estados Unidos proporciona millones de dólares en asistencia humanitaria, han presionado en privado contra las expectativas de que deben llevar ellos toda la carga.

“Todo eso está muy bien, pero ¿por qué no aceptan [Estados Unidos] a más venezolanos?”, dijo un diplomático sudamericano, quien habló a condición de no ser identificado para ser franco sobre la política exterior estadounidense.

Más venezolanos han solicitado asilo en Estados Unidos que personas de cualquier otro país. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración informa que más de 27,600 venezolanos solicitaron asilo en Estados Unidos en el año fiscal 2017, un aumento de casi 400 por ciento en comparación con los últimos dos años.

Para recibir asilo en Estados Unidos, los solicitantes tienen que probar que tienen temores justificados de persecución por sus opiniones políticas, raza, religión, nacionalidad o grupo social particular.

Pero eso no depende solamente del gobierno de Trump.

También depende de los jueces que escuchan sus casos, en qué parte de Estados Unidos se tramitan su casos y si tienen abogados, según información recopilada por solicitudes a tenor con la Ley de Libertad de Información por el abogado de inmigración Bryan Johnson y TRAC, un programa de la Universidad de Syracuse que recoge información de bases de datos del gobierno.

El juez que maneja la solicitud de Tijera Moreno no ha concedido asilo a nadie en los últimos dos años y se lo ha negado a más de 40 personas, según la información.

Un alto funcionario del gobierno federal dijo que cada solicitud de asilo es evaluada individualmente.

Otro alto funcionario dijo que Estados Unidos también tiene que tener mucho cuidado en a quién otorga asilo.

“Si todas las personas que quieren un cambio en su país se van, ¿qué pasa entonces?”, dijo el funcionario. “En esos países hace falta que haya personas que quieran un cambio para que se concrete. No se va a cambiar nada sentado en Miami”.

Insultar al presidente de Venezuela es un delito punible con entre seis y 30 meses de prisión. La penalidad por desertar en Venezuela es entre cinco y siete años de prisión. . Tijera Moreno dice que nunca apoyó a Maduro y que se negó a corear lemas revolucionarios.

El juez que negó la solicitud de asilo a Tijera Moreno reconoció que muy probablemente lo persigan por haber desertado de las fuerzas armadas venezolanas y que el gobierno muchas veces usa sus tribunales para intimidar y enjuiciar selectivamente a personas que critican las políticas o medidas del gobierno.

Antes de venir a Estados Unidos, Tijera Moreno trató primero de mudarse a Ecuador, y después a Italia, donde le negaron asilo porque no lo consideran un refugiado de guerra. Entonces viajó a la región y llegó a la frontera con Estados Unidos.

Para Tijera Moreno, los últimos dos años en detención han sido difíciles. Maragaret Brown Vega, amiga y aliada, dice que ha pasado de la desesperanza a una furia intensa sencillamente “porque no puede entender cómo ha podido llegar a esta situación”.

“No soy un criminal. Soy una persona moral de buenos principios y valores. Mi único problema es que no comparto las políticas del gobierno que dirige mi país”, dijo Tijera Moreno.

Franco Ordoñez: 202-383-6155, @francoordonez