La Policía mexicana halló un total de 32 cadáveres, entre ellos el de una mujer, y nueve cabezas en las nuevas fosas clandestinas descubiertas en Guerrero (sur).
«Terribles los hallazgos», dijo el jueves el vocero de seguridad del gobierno de Guerrero, Roberto Álvarez, al referirse a las exhumaciones efectuadas entre el martes y el jueves en casi una veintena de fosas halladas en el Cerro Tenanchitla del poblado de Pochahuixco, municipio de Zitlala.
Las nuevas tumbas ilegales descubiertas se encontraban en una zona de cultivo de amapola con enfrentamientos «sin tregua» entre narcotraficantes, según el vocero, citado por AFP.
El hallazgo se produjo después de que la base de seguridad del Ejército y la policía estatal recibiera una llamada de origen desconocido, reportando que en el cerro había un ‘campamento’ donde mantenían a varias personas secuestradas.
Los agentes de policía encontraron en el lugar una persona secuestrada, una camioneta, un automóvil, una motocicleta, chalecos antibalas, y una hielera con cuatro cabezas, que podrían estar relacionadas con nueve cadáveres encontrados en el poblado de Tixtla en días pasados, indicó Álvarez.
La información, declaró el funcionario, derivó en el hallazgo de un total de 17 fosas clandestinas. Aunque explicó que la policía estaba continuando las excavaciones para localizar posiblemente más fosas en el lugar.
Fosas comunes que se descubren de vez en cuando en distintos puntos de México, son métodos usados por las bandas criminales, en su mayoría narcotraficantes, para deshacerse de sus víctimas. En el municipio de Zitlala son frecuentes los enfrentamientos entre los cárteles de drogas llamados Los Ardillos y Los Rojos.
Zitlala está situada a poca distancia del municipio de Iguala, donde fueron vistos por última vez el 26 de septiembre de 2014 los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, después de ser baleados y detenidos por policías corruptos que los habrían entregado al cártel Guerreros Unidos, que a su vez, según la investigación oficial, los asesinaron e incineraron para después arrojar sus restos calcinados y triturados a un río.
Uno de los grupos antagónicos de Guerreros Unidos son Los Rojos, según las autoridades mexicanas.
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