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Tillerson visita África tras comentarios ofensivos de Trump

Si le pregunta a cualquier africano, el secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson tendrá que dar muchas explicaciones en su visita al continente.

El presidente estadounidense causó una mezcla de conmoción y furia al hablar recientemente de “esos países de m…”, aludiendo a África, y dicir que a Estados Unidos no le interesa recibir gente de esa región. Rara vez se ha referido a las prioridades para ese continente, al que dedican apenas siete párrafos en las últimas páginas de la Estrategia para la Seguridad Nacional de Trump.

Le toca ahora a Tillerson tratar de recomponer una relación que se tornó agria. El jefe de la diplomacia estadounidense inició el miércoles una gira por varios países africanos y será el funcionario de más alto rango que visita ese continente desde que Trump asumió la presidencia hace más de un año.

Al describir la política hacia África, Tillerson dijo que el rápido crecimiento económico y de la población del continente hace que su futuro esté cada vez más ligado al de Estados Unidos. Aseguró que su país estaba empeñado en ayudar, pero que la prosperidad y la estabilidad no serán posibles mientras no se resuelva el problema de la inseguridad.

“Creo firmemente que el continente tiene grandes oportunidades de crecimiento económico, de mayor prosperidad y de responder a los retos globales a través de una alianza mutuamente respetuosa”, manifestó Tillerson.

Su mensaje contrasta con el que emitió Trump hace poco en una reunión con legisladores estadounidenses, que trascendió al público y obligó a los embajadores estadounidenses a ofrecer disculpas y a Trump a enviar una carta a los líderes africanos expresando su respeto.

Para complicar más las cosas, Tillerson visita el continente sin muchas metas ni iniciativas concretas.

Trump no ha anunciado una sola iniciativa específica para ayudar al continente y muchos de los recortes que hizo al presupuesto afectan numerosos programas de ayuda al África. Tillerson anunció el martes la asignación de 533 millones de dólares en “asistencia humanitaria adicional” para combatir una hambruna y necesidades asociadas con conflictos internos en Etiopía, Somalía, Sudán del Sur y Nigeria, pero no estaba claro si estos fondos son nuevos.

Tal vez la mejor manera que puede tener Tillerson de mostrar deferencia hacia un continente que ve con suspicacias a Trump es escuchar a sus líderes, de acuerdo con Witney Schneidman, ex funcionario diplomático en África y quien ahora trabaja con la Brookings Institution.

Schneidman se preguntó “¿cuándo veremos los borradores de la política de Trump hacia África?”.

Las numerosas vacantes que hay en el Departamento de Estados complicaron la planificación del viaje. Trump no ha nombrado un subsecretario de estado para África ni tiene embajadores en países clave como Sudáfrica.

Tillerson llegó el miércoles a Addis Ababa, la capital de Etiopía, donde rige un estado de emergencia para aplacar protestas antigubernamentales.

Estará una semana en el continente, visitando también Nigeria, Kenia, Chad y Djibuti, país este último donde se encuentra la única base militar permanente que Estados Unidos tiene en África y donde China construye su primera base militar en el exterior. Otra inquietud de Washington es la creciente deuda de África con Beijing, que está adelantando proyectos de infraestructura en todo el continente.

Tillerson sostuvo que el actual estado de cosas “alienta la dependencia” y socava la soberanía y la estabilidad de África.

“La inversión china tiene el potencial de aliviar los problemas de infraestructura de África, pero genera una gran deuda y pocos empleos en la mayoría de los países”, manifestó.