Alejándose de los temas económicos que resuenan entre los electores republicanos, el presidente Donald Trump ha echado mano a la caravana de migrantes que recorre Centroamérica con destino a Estados Unidos para culpar a los demócratas por la falta de avances en sus iniciativas de inmigración tres semanas antes de las elecciones intermedias del 6 de noviembre.
Y en momentos que control de la Cámara de Representantes por parte del Partido Republicano está en peligro, Trump volvió a retomar el jueves un tema que describió como más importante para él que el comercio y que está dispuesto a usar a las fuerzas armadas para controlar.
“Estoy observando al Partido Demócrata liderar un asalto contra nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes hacen poco por detener este flujo grande de personas, ENTRE ELLOS MUCHOS DELINCUENTES, y evitar que entren a México y se allí a Estados Unidos”, tuiteó el jueves temprano. Agregó que tiene que pedir a México que pare a los migrantes o “movilizaré a los militares estadounidenses Y CERRARÉ NUESTRA FRONTERA SUR”.
Trump agregó que la seguridad en la frontera “es mucho más importante para mí que el comercio” o el recién completado acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México.
“No hay nada más que él pueda hacer en materia de políticas, de manera que lo ha convertido en un asunto político y culpa a los demócratas”, dijo Leon Fresco, subsecretario adjunto de Justicia a cargo de la Oficina de Litigios de Inmigración durante el gobierno del presidente Obama. “Eso es lo único que queda por hacer porque no cumplido ninguna de sus promesas, como construir el muro o reducir la inmigración ilegal”.
Rob Stutzman, estratega político republicano de Sacramento, California, dijo que Trump mantiene “la atención sobre el tema que motiva a su base”.
“Francamente, debe estar hablando más de los éxitos económicos, pero los temas de la frontera también le dan una ventaja entre muchos electores que lo siguieron en el 2016 y que necesita mantener para triunfar en las carreras por el Senado federal”, dijo Stutzman.
Trump ha amenazado con eliminar la asistencia a países centroamericanos en momentos que miles de migrantes tratan de llegar a Estados Unidos como parte de una altamente publicitada caarvana, que ahora llega a unas 4,000 personas y que avanza desde Honduras. México ha despachado a la policía federal a su frontera sur para interceptarlos.
Desde que ocupó el cargo, Trump ha emitido nuevas directivas para aumentar la deportación de los que entran al país ilegalmente, ha presionado al Congreso para que pruebe leyes que no han conseguido apoyo, ha emitido órdenes ejecutivas que restringen las visas para ciudadanos de ciertos países, ha presentado una desastrosa política para separar a los padres de sus hijos al entrar sin autorización por la frontera —que a final de cuentas echó atrás— y prometió construir un muro en la frontera para el que el Congreso todavía no ha asignado fondos.
Mientras tanto, los cruces no autorizados en la frontera siguen aumentando.
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Varios migrantes se desplazan en una caravana hacia la frontera con México, que tiene por destino final la frontera con Estados Unidos, en una imagen del 18 de octubre del 2018, en La Ciudad de Guatemala.
John Moore Getty Images
Aunque al principio de su presidencia hubo una baja en la cantidad de inmigrantes indocumentados, las cifras han vuelto a las del 2014, cuando decenas de miles de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos se apresuraron a llegar al Valle del Río Grande en Texas.
En agosto de este año, la Patrulla Fronteriza arrestó a 12,774 personas, un aumento de 90 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior, según el Departamento de Seguridad Nacional.
Los republicanos que batallan por mantener la mayoría en ambas cámaras del Congreso en un año en que el partido del presidente tradicionalmente pierde terreno han recaudado mucho menos dinero que sus contrapartes demócratas, quienes necesitan ganar 23 escaños netos para recuperar el control de la Cámara y dos en el Senado.
Trump y sus partidarios insisten en que esta postura de línea dura sobre la caravana no tiene nada que ver con las elecciones intermedias, pero el presidente y los candidatos republicanos han estado haciendo campaña sobre el asunto desde hace meses.
En un correo electrónico enviado a los partidarios a nombre de Martha McSally, quien está postulada a un escaño abierto en el Senado por Arizona, tocó el asunto de la frontera.
“Martha está trabajando conmigo para construir nuestro muro y asegurar nuestras fronteras”, escribió en un correo electrónico con fecha de este jueves. “Igual que yo, ella está comprometida a cerrar los mortales vacíos que han permitido que peligrosas organizaciones delincuenciales como la Mara Salvatrucha entren al país y amenacen nuestra seguridad”.
Trump ya ha hecho el asunto de la inmigración una parte importante de las campañas a las elecciones de noviembre y ha exhortado a los electores a que elijan republicanos que le autoricen los fondos para construir el muro en la frontera.
“La nueva plataforma del Partido Republicano es socialismo radical y fronteras abiertas”, dijo Trump a una bulliciosa multitud en el Centro de Convenciones de Las Vegas el jueves por la noche.
En abril, Trump hizo una amenaza similar de retirar la asistencia a Honduras después que otra caravana de migrantes salió del país con destino a Estados Unidos. El grupo de miles de migrantes se fue reduciendo en su camino hacia el norte y cuando llegaron a la frontera eran unos pocos cientos. Sin embargo, a algunos de esos inmigrantes se les permitió entrar al país cuando alegaron tener temor de regresar.
El vicepresidente Mike Pence entonces viajó a Guatemala y pidió a los presidentes de los tres países centroamericanos que son la mayor fuente de migrantes en Estados Unidos —Honduras, El Salvador y Guatemala— que tomaran medidas concretas para asegurar sus fronteras y advertir a su población que no viniera a Estados Unidos ilegalmente.
Pence también exigió que los países eliminaran los anuncios públicos de traficantes de personas y aumentaran sus fuerzas fronterizas, renovaran el combate contra la corrupción y la violencia de las pandillas y dijeran a sus pueblos que viajar a Estados Unidos “solamente llevará a un camino duro y una vida más dura”.
Steve Cortes, aliado de Trump quien integró el Consejo Asesor Hispano durante la campaña presidencial del 2016 y ahora es miembro del comité de reelección de Trump para el 2020, restó importancia a la idea de que la estrategia de Trump tiene fines político.
La Policía verifica la identidad de un grupo de migrantes en un punto de control en la ruta hacia la frontera con México, el 18 de octubre del 2018, en Palín, Guatemala.
John Moore Getty Images
“El presidente ha sido directo al advertir a estas personas que piensan en cruzar la frontera sin autorización que no serán bienvenidos y que los países que permiten o facilitan esta inmigración ilegal pagarán un precio económico significativo por su complicidad en atacar la soberanía de nuestras fronteras”, dijo.
Jessica Vaughan, directora de Estudios Políticos del Centro de Estudios de Inmigración y ex funcionaria del servicio exterior del Departamento de Estado, consideró los tuits de Trump del jueves como un mensaje para que México tome el asunto en serio y no permita que los centroamericanos pasen por su territorio con destino a Estados Unidos.
Vaughn agregó que Trump entiende que Estados Unidos no puede darse el lujo de permitir que esta caravana siga con destino a la frontera.
“Si no se hace algo con esta caravana habrá consecuencias reales para Estados Unidos”, dijo Vaughan. “El presidente tiene que tomar medidas, de manera que el problema no empeore. Para mí ya es una crisis”.
Franco Ordoñez: 202-383-6155, @francoordonez
