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Trump llega a Nueva York y evita a miles de manifestantes

El presidente Donald Trump llegó el lunes a su hogar en la Torre Trump por primera vez desde su juramentación, evitando a los miles de manifestantes que lo esperaban en las cercanías.

Frases como “qué vergüenza” o “no es mi presidente” retumbaban en las calles de Nueva York mientras los manifestantes esperaban la caravana del presidente a lo largo de la 5ta Avenida, pero ésta llegó por otro punto. Una multitud mucho menor de partidarios del presidente también esperaba su llegada.

Algunos de los espectadores que sí vieron la caravana la recibieron con cámaras de teléfonos y señas obscenas.

Los manifestantes llevaban carteles con mensajes en los que se leía “juicio político” y “la Casa Blanca no es lugar para la supremacía blanca”, además de que entonaban consignas como “amor, no odio, es lo que hace grande a Estados Unidos”.

A unas cuadras de la Torre Trump, un inflable del presidente con cara de ratón fue colocado cerca del Hotel Plaza.

Entre los manifestantes estaba la reverenda Jan Powell, ministra retirada de la Iglesia Unida de Cristo, quien sostenía un cartel en el que se leía “Sin justicia no habrá paz”, mientras se colocaba frente al rascacielos.

Dijo que estaba molesta por la respuesta del mandatario republicano al mitin que organizaron supremacistas blancos el fin de semana en Virginia y que derivó en hechos violentos. Pero “lo que más me molesta es cuando tipos como Trump tratan de silenciar nuestro derecho de la Primera Enmienda a la libertad de expresión, ya sea con violencia o ‘noticias falsas’ o con un discurso de odio”, añadió Powell.

De cualquier forma, la reverenda señaló que “rezo por él todos los días. Ambos somos seres humanos”.

Cerca de dos decenas de partidarios del mandatario estaban cerca del Hotel Plaza coreando “Dios bendiga al presidente Trump”.

Inicialmente Trump culpó a “muchos bandos” por la violencia del fin de semana. El lunes dijo que “el racismo es un flagelo” y describió a los miembros del Ku Klux Klan, a los neonazis y a los nacionalistas blancos que participaron en la refriega como “criminales y matones”.