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¿Trump perjudicado por retiro del acuerdo climático? Algunas de sus propiedades quedarían bajo el agua

La decisión de Donald Trump de sacar a Estados Unidos del acuerdo climático de París podría acelerar el deterioro de las numerosas propiedades costeras de su familia en las próximas décadas, sobre todo las que se encuentran al borde de las amenazantes aguas del sur de la Florida.

La mansión de Mar-a-Lago, las torres que llevan su nombre en las playas de Miami y el campo de golf de Doral son todos amenazados por la crecida del mar, según proyecciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el South Florida Regional Climate Change Compact.

Los daños graves pueden llegar más rápido si Estados Unidos se sale del acuerdo internacional diseñado para combatir las emisiones de gases que retienen calor y que están generando un calentamiento global.

“Sus propiedades viven del turismo, las comunidades para golfistas, los sitios donde van los pescados gordos a gastar dinero y codearse entre ellos. Todo está relacionado con la economía del turismo en el sur de la Florida”, comentó Jim Cason, alcalde republicano de Coral Gables, pequeña ciudad al sur de Miami que está preparándose para combatir la subida del mar.

Las carreteras del sur de la Florida ya se inundan cada vez que llueve o que hay mareas altas, obligando a que se las eleve o se las traslade y a que se instalen costosos sistemas de bombeo.

“Si desaparecen las playas o se inundan las calles, eso va a afectar el valor de su propiedad”, indicó Cason. “Como empresario prudente, debería saber que la ciencia no se equivoca y que hay que prepararse y planificar”.

La mansión de Trump de Mar-a-Lago, de 123 habitaciones, y su club privado se encuentran en un islote paralelo a la costa, con el océano Atlántico al este y el Canal Intercostal al oeste. Si el mar sube entre 60 y 90 centímetros (dos a tres pies) este siglo –como pronostican los científicos–, el agua llegaría a los terrenos occidentales de la mansión y las carreteras y puentes usados para llegar a ella también serían afectados.

Se espera que en algún momento de este siglo, el agua cubra completamente las islas barrera de la Florida como la que ocupa Mar-a-Lago, sobre todo durante las tormentas.

El club de golf National Doral Miami que Trump tanto quiere está en tierra firme, pero también corre peligro. A medida que crece el mar, los geólogos pronostican que la porosa geología de piedra caliza de la Florida permitirá que el agua suba fácilmente, inundando zonas costeras y otras alejadas de la costa. Incluso si el campo de golf no es arruinado por las inundaciones, habrá más días en los que está tan anegado que no se puede jugar.

LAGARCIA/ el Nuevo Herald

Los dolores de cabeza de Trump relacionados con el nivel de las aguas no se limitan a la Florida. La Trump International Hotel & Tower de Waikiki Beach, en Hawai, también es vulnerable, lo mismo que su campo de golf en Irlanda. El presidente tiene asimismo intereses en propiedades cerca del océano en Vancouver, Panamá, Uruguay y Munbai, India, según el portal de la Trump Organization, que maneja sus negocios.

Pero el problema es particularmente grave en la Florida. Suponiendo que se presente el peor escenario y el mar suba casi un metro, el portal de bienes raíces Zillow calcula que 934.000 viviendas del estado, un 12,6%, quedarán bajo el agua para el 2100. En Palm Beach, donde se encuentra Mar-a-Lago, el 51% de las casas, valuadas en 10.900 millones de dólares, quedaran cubiertas por el agua, según esa fuente.

“Ya estamos viendo una subida del mar que arruinará los negocios de la zona costera, según proyecciones del gobierno”, dijo Harold Wanless, presidente del Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Miami, que ha estado estudiando el fenómeno de la subida de las aguas del mar por décadas. “En algún momento de un futuro no muy lejano tendremos que irnos de Miami”.

Por ahora la subida del nivel de las aguas no ha afectado los valores de las propiedades en la costa de la Florida. Los seguros contra inundaciones son ya de por sí caros por los huracanes, pero no impiden que los ricos inviertan en propiedades costeras.

Los cambios grandes comenzarán cuando los bancos empiecen a negar hipotecas a 30 años para las propiedades costeras debido a la subida de los mares, indicó Cason.

A pesar del consenso de la comunidad científica de que el clima está calentándose y el nivel de las aguas está subiendo, Trump dijo que el calentamiento global es un “cuento” inventado por los chinos.

Trump, no obstante, habló de la amenaza que representa el cambio de clima cuando le convino. Mencionó la crecida de las aguas al solicitar un permiso para construir un muro de 3,5 kilómetros (casi 2 millas) entre el Trump International Golf Links and Hotel y el Atlántico en Irlanda.

Las autoridades locales dicen que no pueden darse el lujo de ignorar la crecida del mar.

“La inacción no es una opción para nosotros en el sur de la Florida”, afirmó Susanne Torriente, funcionaria de Miami Beach. “Las calles se inundan y los días son más calurosos. No es un tema partidista. A nivel local, somos mucho más prácticos”.