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Trump visita su complejo de golf en Doral, donde recaudó millones y un perro le ladró

Trump llega a Miami

El presidente Donald Trump llegó al aeropuerto internacional de Miami a bordo del Air Force One después de su mitin de campaña en Orlando. Se queda a pasar la noche en su campo de golf Trump National Doral.

El presidente Donald Trump llegó al aeropuerto internacional de Miami a bordo del Air Force One después de su mitin de campaña en Orlando. Se queda a pasar la noche en su campo de golf Trump National Doral.

Donald Trump entró al vestíbulo de su complejo de golf en Doral este miércoles por primera vez desde que llegó a la presidencia, saludando a numerosos partidarios que lo aplaudían, y posó para una foto con el perro de una huésped antes de participar en una actividad de recaudación de fondos de $250,000 el cubierto con cabilderos acaudalados y otros donantes que pagan una fortuna por pasar un rato en privado con el presidente.

Trump visitaba su complejo de golf con frecuencia antes de llegar a la presidencia, pero no había regresado desde las elecciones en 2016. Durante un recorrido rápido por el restaurante BLT Prime a un lado de vestíbulo, habló del mensaje que sus estrategas de campaña piensan que le permitirá ganar otra vez la Florida en 2020: eliminar la apertura diplomática y económica a Cuba del gobierno del presidente Barack Obama.

“Estamos ayudando mucho a los cubanos que viven en Miami”, dijo Trump ante la multitud que se reunió en el restaurante para verlo. “He tenido un tremendo apoyo de los cubanos. Estamos haciendo lo correcto. Somos duros con Cuba porque [su gobierno] no hace lo correcto por los cubanos”.

Trump perdió las elecciones en Miami-Dade por 30 puntos en 2016, pero ganó la Florida por un margen estrecho. Su campaña dio crédito al apoyo de los cubanoamericanos por la estrecha victoria en un estado que Obama ganó dos veces.

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El presidente Donald Trump sostiene una bandera cubana mientras comparte con partidarios a su llegada con la primera dama Melania Trump al Aeropuerto Internacional de Miami, después de lanzar su campaña oificial de reelección en Orlando, Florida. Pedro Portal [email protected]

La llegada del presidente ya tarde por la noche a Miami puso fin a un largo período de ausencia de Trump en complejo de golf. Los críticos se burlan de las frecuentes visitas de Trump a otros complejos de golf de su propiedad en Florida y Nueva Jersey, pero una visita al Trump Doral no estuvo en su itinerario presidencial hasta su mes número 29 en la presidencia.

El tiempo que Trump lleva en la Casa Blanca ha coincidido con el hecho de que Trump Doral ha cedido terreno a sus competidores en Miami, según reportes de hoteles presentados a la oficina fiscal de Miami-Dade, y un asesor de la Organización Trump culpó de ello a problemas con la marca. La visita de Trump ocurrió en un día particularmente poco activo en el complejo de Doral.

En el restaurante BLT Prime había cinco mesas ocupadas cuando el sol comenzó a ocultarse el martes, y había dos personas en un bar con capacidad para 30. Un gerente dijo que el índice de ocupación en este momento era de solamente 23%, y un alto ejecutivo de Trump Doral confirmó que la cantidad de camas vacías se acercaba al 75%, pero dijo que eso se debía a la temporada baja del verano en Miami.

Los documentos financieros del presidente correspondientes a 2018 indicaron que el Doral Trump le generó ingresos de $76 millones el año pasado, y el lugar ha sido su instalación de más ingresos en los informes financieros anuales.

La llegada del presidente era obvia el martes con la fuerte presencia del Servicio Secreto. A un reportero que subió al autobús del hotel desde la villa Bobby Jones para llegar a la casa club del Trump Doral le ordenaron bajarse para que un perro pudiera detectar posibles señales de sabotaje.

Cuando era solo un magnate de los bienes raíces y estrella de la televisión, Trump visitaba con frecuencia su instalación en Doral. Y su imagen se veía por todas partes en el vestíbulo, que estaba lleno de fotos enmarcadas suyas, así como una portada falsa de la revista Time en la que aparecía.

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El presidente Donald Trump reportó ingresos de $76 millones de su complejo de golf Trump National Doral en 2018, un ligero aumento en comparación con $75 millones en 2017. EMILY MICHOT Miami Herald

Pero ahora, a su regreso en condición de presidente polarizador, en el vestíbulo no había fotos enmarcadas suyas, excepto una imagen de mercadotecnia de hace tiempo, de cuando se transmitía su programa The Apprentice. Las únicas celebridades que se ven en las paredes ahora son retratos en blanco y negro de Sam Snead, Bobby Jones, Arnold Palmer y otros iconos del golf.

Pero el nombre de Trump todavía domina lo demás, como batas de baño y cargadores eléctricos que venden en la tienda de regalos en la planta baja. Y sus visitan atraen a muchos visitantes.

Allí estaba el ex gerente de campaña Corey Lewandowski, que se dirigía al vestíbulo, seguido del asesor presidencial Stephen Miller. Tiffany Trump salió del restaurante con varias bolsas de compras. Un ayudante en uniforme militar interrumpió con una nota a un asistente presidencial que se tomaba un trago después de la medianoche: “Si necesita comunicaciones seguras, las tenemos en el mismo piso donde está el presidente”.

Jared Kushner, yerno del presidente y asistente en la Casa Blanca, entró al BLT para desayunar poco después de las 8 a.m del miércoles, vestido con una camiseta y shorts. En el único televisor que hay en el restaurant mostraba el canal Fox News, que transmitía fragmentos del discurso de lanzamiento de la campaña de reelección del presidente de la noche anterior en Orlando. Una camarera les sirvió al distinguido huésped una tortilla en su mesa para una persona en una esquina. El gerente de la campaña de Trump, Brad Pascale, lo acompañó más tarde para tomarse café. Entonces aceptó tomarse una foto con Gustavo Garagorry, asistente de Pete Cabrera, concejal de Doral.

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Christine Deckert posa con el presidente Donald Trump en el Trump Doral el 19 de junio de 2019. Baby, el perro de la mujer, le ladró al mandatario cuando pasaba por el vestíbulo. El presidente entonces se detuvo y aceptó tomarse una foto con ella. Franck Deckert

Cabrera se hospedó en el lugar el martes por la noche con la esperanza de poder saludar otra vez al mandatario. Cabrera dijo que fue la persona que recibió a Trump en Doral de manera no oficial durante 2016, cuando la mayoría de los republicanos de Miami rechazaba al nominado. “[A Trump] le encanta estar aquí”, dijo Cabrera. “Es su lugar favorito”.

Trump había llegado al complejo poco antes de la medianoche del martes. Seis huéspedes del hotel esperaban en el vestíbulo, que en ese momento tenía acceso limitado, con la esperanza de saludar al presidente, cuya compañía de centros turísticos compró la instalación, que se había declarado en bancarrota, por $150 millones en 2012.

“Si lo veo le voy a gritar ‘cuatro años más’ ”, dijo John Tarabocchia, quien llegó el martes desde Nueva Jersey con su esposa y dos hijos adolescentes para unas vacaciones en Miami. Pero Trump se quedó en su habitación y cenó lo que una fuente dijo fue una hamburguesa que le prepararon en el BLT.

Tarabocchia y su familia estaban nuevamente en el vestíbulo a eso de las 11:30 a.m. cuando Trump llegó a una fiesta de bienvenida de huéspedes del hotel. Tarabocchia cumplió su plan. “Fue fabuloso”, dijo Ian Tarabocchia, de 17 años. “Estaba a 10 pies de distancia”.

“El lugar luce precioso”, dijo Trump. “Llevaba mucho tiempo sin venir”.

Un perro ladraba cuando el presidente pasó por el vestíbulo, y no dejó de ladrar mientras el presidente decidía si se acercaba a los huéspedes detrás de los separadores. El que ladraba era Baby, un perro maltés blanco que estaba con sus dueños, Franc y Christine Deckert, que llegaron de vacaciones desde Port St. Lucie. Christine Deckert le pidió una foto y Trump le hizo señas de que se acercara. La mujer tenía el perro en los brazos cuando posó con el presidente.

“Le dijo que se acercara y lo hizo por Baby”, recordó Franc Deckert después de la visita. El hombre tomó la foto de Christine y Baby con Trump. “Después de eso, todos le preguntaron si podían tomarse una foto con él? Y ahí se marchó”.

“Estoy muy feliz”, dijo Christine Deckert. “Lo adoramos, y eso que somos franceses”.