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Un ‘ingeniero sobre ruedas’: la inspiradora historia de un joven cuadraplégico graduado de FIU

La emoción ahogaba las palabras de Aldo Amenta el viernes en la tarde mientras Rogelio Tovar, CEO del concesionario de autos Nissan Palmetto57, le hacía entrega de la llave de un van especial que será su nuevo medio de transporte.

La Universidad Internacional de la Florida (FIU), en la que estudió Amenta, junto a Palmetto57, se aliaron para hacerle la vida más fácil a este joven de 28 años, quien se quedó cuadraplégico en el 2015 después que un clavado en una piscina poco profunda que le produjo una fractura y ruptura en la médula espinal.

En diciembre pasado, Amenta conmocionó al mundo cuando caminó con un exoesqueleto para recibir su diploma de graduado como ingeniero eléctrico.

Su meta este año es hacer una maestría en ingeniería biomédica y “ayudar a otros jóvenes con discapacidad”.

“Me siento superfeliz, muy bendecido. Agradecido a FIU y a Palmetto57 por hacer este sueño realidad”, le dijo Amenta a el Nuevo Herald, rodeado por más de un centenar de trabajadores del concesionario de autos, amigos de la universidad y profesores de FIU.

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Aldo Amenta al graduarse de ingeniero eléctrico en FIU

FIU

A principios de 2014 Amenta y su familia vendieron todo lo que tenían y abandonaron Venezuela. Buscaban escapar de un país sumido en la mayor crisis de su historia y comenzar una vida nueva en el sur de la Florida. Un año después, el accidente lo dejó en coma y parapléjico. Su vida cambió para siempre.

“Fue muy duro para toda nuestra familia. Temíamos por lo que pudiera pasar. Aldo estuvo entre la vida y la muerte. También temíamos por lo que pasaría luego de la recuperación, pero decidimos que no debíamos centrarnos en la pregunta ¿por qué a mí?, sino en ¿qué hago con esto?”, relató su madre, María de los Ángeles Amanta.

Un año le tomó al joven recuperarse y gracias a una beca de FIU y la ayuda de amigos y familiares, pudo retomar sus estudios.

“La verdadera discapacidad es nuestra incapacidad de entender que todos tenemos diferentes capacidades extraordinarias, discapacidad es una mala actitud, discapacidad es no vivir en alegría”, ha comentado el joven en sus redes sociales, donde tiene decenas de miles de seguidores a quienes inspira.

“Fe es dar el primer paso, incluso cuando no ves toda la escalera. Muchas veces por miedo a no ver el final de la escalera, no nos atrevemos a empezar a subirla. Esto nos pasa en muchas instancias de la vida, nos paraliza y quizás nos hace perder oportunidades que no volvemos a encontrar”, agregó Amenta.

Su madre está convencida de que volverá a caminar. “Mis hijos son muy tercos. Son personas muy especiales y esa terquedad es la que los ayuda a lograr sus objetivos. El primer paso para que Aldo vaya a la universidad para su maestría es esta van. Nosotros lo llevaremos, pero estoy segura de que llegará el día en que él mismo la conduzca”, dijo María de los Ángeles Amenta.

La madre dice sentirse profundamente agradecida con todas las personas que han ayudado a la recuperación de su hijo. “Fueron meses en el hospital. Muchas puertas se cerraron después del accidente pero también muchas más se han abierto. No esperábamos tanta solidaridad”, dijo.

Amanta también comparte el sentimiento de gratitud de su familia. Para él es importante no perder la alegría y ayudar con su experiencia a otros jóvenes. “Muchísimas veces nos encontramos en sitios muy oscuros donde pensamos que no hay salida ni apoyo, pero siempre es importante salir adelante, buscar esa luz de esperanza y seguirla, porque sí se puede, todo es posible. No hay que perder la fe”, comentó a este diario.

De momento, su primer viaje en la nueva van será a FIU. “Tengo que hacer muchas inscripciones para las clases”, dijo emocionado. “Soy un ingeniero sobre ruedas”, agregó.