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Carles Puigdemont y cinco conseller pedirán asilo en Bélgica

Puigdemont se fuga a Bélgica
Puigdemont se fuga a Bélgica

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha abandonado Cataluña junto con otros miembros del Govern, según fuentes bien informadas. Momentos antes de conocer la querella de la Fiscalía contra él y sus antiguos consejeros de la Generalitat, así como contra la Mesa del Parlament, por los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos. La anunciada querella se ha presentado en la Audiencia Nacional contra los antiguos miembros del Gobierno catalán, que perdieron su aforamiento al ser destituidos, y en el Tribunal Supremo contra los diputados que forman parte de la Diputación Permanente, incluida Carme Forcadell.

Sabíamos que iba a ocurrir

Según ha podido contrastar Noticiero Universal, Carles Puigdemont estaría en estos momentos en Bélgica donde mantendría una reunión con el secretario de Estado de este país Theo Francken, del partido independentista flamenco N-VA. El plan del expresidente pasaría por evitar la acción de la justicia y solicitar asilo político.

El político belga afirmó ofreció al cesado de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, para valorar su oferta de «asilo político» en Bélgica. «El presidente catalán Puigdemont puede solicitar asilo político» en Bélgica, ha señalado Francken a través de su cuenta en la red social.

Tal y como adelantó Noticiero Universal, Puigdemont contemplaba huir de Cataluña si «las circunstancias lo precisaran».

Fuentes del Ministerio de Interior han asegurado que no les “preocupa” ese viaje de Puigdemont a Bruselas, porque lo que les interesaba “más hoy” es que no fuera a Palau de la Generalitat.

La concesión de exiliado político por parte de Bélgica podría causar un conflicto en la Unión Europea

El movimiento del expresident catalán pretende internacionalizar las decisiones judiciales y obligar a la justicia belga a posicionarse sobre la posible emisión de una euroorden de detención por parte de España. Además, el expresident y los exconsellers que le acompañan se plantean la posibilidad de solicitar asilo político en ese país. El exdiputado Lluis LLach ha calificado a Puigdemont de exiliado. A través de Twitter, Llach ha escrito: «El MHP (molt honorable president) de la república exiliado es una denuncia contra Ñ (España) ante los estamentos europeos, internacionales y en respuesta a la dignidad del 1 de octubre».

Bélgica es uno de los países europeos más garantistas en la concesión de extradiciones y permite (al igual que Reino Unido, Alemania o Holanda) que la defensa de los acusados puedan plantear un necesario análisis sobre los elementos indiciarios de la comisión de delitos, así como una serie de limitaciones y exigencias en materia de garantías en caso de entrega.

La historia de tensiones judiciales entre ambos países no es nueva y son numerosas las ocasiones en las que ese país negó extradiciones a España, incluso cuando las causas que requerían la extradición estaban relacionadas con el terrorismo de ETA.  A finales de los noventa la tensión entre el gobierno belga y la presidencia de José María Aznar tuvo un momento cumbre cuando el comisario belga para los refugiados aseguró que estudiaría «caso a caso» las solicitudes de asilo político de etarras.

Carles Puigdemont dio a entender esta mañana que se encontraba en su despacho, ubicado en el Palau de la Generalitat. Lo hizo a través de la publicación de una foto en Twitter, tomada desde el interior del edificio. La imagen pretendía dar la idea de que el expresident se encontraba trabajando en su despacho, cuando en realidad ya estaba en Bruselas. El expresident catalán no ha asistido tampoco a la reunión de la dirección del PDeCAT , prevista para este lunes.

Posibilidad de asilo

Puigdemont se ha desplazado a este país solo un día después de que el secretario de Estado de Asilo y Migración belga, Theo Francken, provocase una polémica al abrir la puerta sobre la posibilidad de concederle asilo al expresident. Las palabras de Francken no tardaron en ser corregidas por el primer ministro belga, Charles Michel.