La secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha asegurado que esta Diada es una «oportunidad» para reafirmar la «apuesta» por el diálogo y la negociación, y ha hecho un llamamiento a las fuerzas independentistas a trabajar con «máxima coordinación y complicidad».
Así lo ha asegurado en declaraciones a los medios tras la tradicional ofrenda floral del partido al monumento de Rafael de Casanova, con motivo de la Diada de Cataluña del 11 de septiembre.
En el acto, la delegación republicana ha estado encabezada por el presidente catalán, Pere Aragonès, tras el positivo por coronavirus que impedirá a Oriol Junqueras asistir este lunes a los eventos que tenía previstos, entre ellos la manifestación independentista de esta tarde.
Tras dedicar un «recuerdo especial» a las víctimas del atropello mortal de este domingo por un tren de Rodalies a la altura de Montmeló (Barcelona), Vilalta ha aludido a una Diada «marcada por la anormalidad», en relación al «exilio» de dirigentes como Marta Rovira o Carles Puigdemont, pero también aquellos «inhabilitados o pendientes de juicio».
«Es una Diada de oportunidad porque vemos cómo el independentismo es decisivo en el marco del Estado y vemos cómo se reafirma la apuesta por la política, el diálogo y la negociación», ha afirmado la portavoz.
Vilalta ha hecho pues un «llamamiento» al resto de fuerzas independentistas para «trabajar con la máxima coordinación, consenso y complicidad» para «aprovechar este momento de oportunidad para la vía política y de la negociación», y alcanzar así objetivos como «la amnistía y la autodeterminación», pero también el traspaso de Rodalies y acabar con el déficit fiscal.
Como también ha pedido una «movilización» este lunes en las calles, desde la «complicidad» institucional y ciudadana, para «ser más fuertes» en el objetivo de la independencia.
La ofrenda de los republicanos ha tenido que soportar algunos silbidos y abucheos de una decena de manifestantes situados cerca del monumento, que la delegación de ERC ha contrarrestado después con gritos de «independencia» de sus dirigentes y militantes, así como aplausos de otros manifestantes.
