Inicio Europa Valls cree que el debate sobre el burkini sigue abierto en Francia

Valls cree que el debate sobre el burkini sigue abierto en Francia

París, 26 ago (EFE).- El primer ministro francés, Manuel Valls, señaló hoy que la decisión del Consejo de Estado de anular el veto contra el burkini en la localidad de Villeneuve-Loubet no cierra el debate abierto en el país sobre ese bañador islámico que cubre completamente el cuerpo de la mujer.

«Es un debate de fondo», indicó el socialista Valls en su página de Facebook horas después del dictamen de la máxima instancia administrativa gala, que, aunque no se aplica al resto de municipios con decretos similares, sienta jurisprudencia en caso de que haya recursos en su contra.

El Consejo de Estado apuntó que la prohibición a esa prenda solo puede justificarse si queda confirmada una amenaza contra el orden público.

El primer ministro insistió en que el burkini «no es un símbolo religioso, sino la afirmación en el espacio público de un islamismo político».

La polémica sobre esa prenda saltó en Francia a principios de mes, cuando Cannes fue el primer ayuntamiento en prohibirla.

«Denunciar el burkini no es en ningún caso cuestionar una libertad individual. ¡No hay libertad que encierre a las mujeres! Es denunciar un islamismo retrógrado», añadió, al tiempo que señaló que, aunque el silencio es más cómodo, implica «una pequeña renuncia».

Valls, que estos últimos días ha descartado una legislación al respecto pero sí ha apoyado los vetos locales al burkini, apuntó que los musulmanes de Francia «son los primeros afectados por la violencia del mensaje salafista, radical» y destacó que el Estado está para protegerlos.

«El laicismo es la libertad de creer o de no creer, pero es también la exigencia de no imponer nunca a otros sus creencias o sus prácticas. Francia ha sabido construir ese equilibrio. (…) Todos debemos defenderlo», concluyó.

Las alcaldías donde ya está en marcha el veto al burkini podrían ahora suprimirlo por iniciativa propia, para evitar la previsible oleada de demandas por parte de organizaciones humanitarias, pero la alerta del Consejo sobre los riesgos contra el orden público deja la puerta abierta a que algunas ya hayan dicho que no se lo plantean.