Inicio Intelectualidad Casi 6 millones de partos prematuros en 2019 estuvieron probablemente causados por...

Casi 6 millones de partos prematuros en 2019 estuvieron probablemente causados por la contaminación ambiental

En la actualidad, no hay dudas de que la contaminación del aire provoca diversas enfermedades y la muerte en millones de personas, que se encuentran tanto en países desarrollados como aquellos en desarrollo. Según datos de la OMS, cada año se producen alrededor de 4,2 millones de muertes prematuras en el mundo por la exposición a partículas pequeñas de 2,5 micras o menos de diámetro (PM 2,5). Estas moléculas están implicadas en el desarrollo de cáncer, enfermedades respiratorias y cáncer, entre otras dolencias. A pesar de ello, en 2019 el 92 % de la población del planeta vivía en lugares donde no se respetaban las directrices de la OMS sobre la calidad del aire.

Más allá de la capacidad que tienen dichas partículas contaminantes para provocar enfermedades y muertes, decenas de investigaciones, tanto en animales como en humanos, han encontrado que estas pueden provocar alteraciones en el desarrollo fetal a través de varios mecanismos. Debido a su pequeño tamaño, son capaces de entrar al sistema circulatorio a través de los pulmones. Una vez allí, pueden alterar, entre otros elementos, la función de la placenta y el cordón umbilical, lo que induce un déficit de oxígeno al embrión/feto que conlleva un retraso en su desarrollo y partos prematuros.

Pese este extenso conocimiento científico, instituciones como la OMS y proyectos de investigación globales como «El estudio de la carga mundial de la enfermedad» no han analizado de forma sistemática el impacto de las pequeñas partículas contaminantes del aire sobre los nacimientos en el mundo.

Algunos estudios previos sí se centraban en esta cuestión en regiones concretas. Sin embargo, estos eran incompletos, pues no incluían estudios más recientes (sobre todo de países en desarrollo donde existe mayor exposición a partículas contaminantes) o no consideraban datos sobre la contaminación ambiental en los hogares. Ahora, científicos de la Universidad de Washington y de la Universidad de California, San Francisco, han publicado los resultados de la investigación más completa hasta la fecha en la revista PLOS Medicine.

Los investigadores realizaron una revisión sistemática basada en guías objetivas para cuantificar la relación entre la exposición media a partículas PM 2,5 durante todo el embarazo y cuatro efectos negativos perinatales que son factores de riesgo de mortalidad y morbilidad temprana: disminución del peso y de la edad gestacional en el nacimiento, bajo peso en el nacimiento (BPN) y nacimientos prematuros (NP). Para tal fin, los autores seleccionaron 124 estudios que se centraban en estas cuestiones.

La mayoría de ellos eran estudios observacionales (de cohortes retrospectivo) en los que se comparaban los efectos en torno al nacimiento entre grupos de personas que habían estado expuestas previamente a dicha contaminación ambiental  y aquellas que no. Estas investigaciones abarcaban 204 países, aunque la mayor parte de los estudios se realizaron en Norteamérica, Europa y Australia.

Los análisis sugieren que alrededor de 2,8 millones de BPN y 5,9 millones de NP estarían asociados a la exposición durante el embarazo a partículas contaminantes PM 2,5 a niveles superiores a los considerados seguros. En total, estas partículas estarían detrás del 15,6 % de los bebés con bajo peso en el nacimiento y del 35,7 % de todos los bebés prematuros.

Según las estimaciones de riesgo, cada incremento de 10 microgramos de partículas PM 2,5 por m3 en el aire llevaría a un descenso de 22 gramos de peso en el nacimiento, un 11 % más de riesgo de sufrir BPN y un 12 % más de riesgo de NP. A nivel global, la exposición a partículas PM 2,5 en el año 2019 se asociaba a una disminución modesta del peso en el nacimiento (85 gramos) y a un descenso relativamente grande de la edad gestacional en el nacimiento (de 3-4 semanas). Las regiones del planeta notablemente más afectadas eran el sur de Asia y África subsahariana.

Solo un tercio de los efectos negativos perinatales registrados se asociaban a la contaminación del aire en el exterior. Era la contaminación ambiental en los hogares la que, según los datos del estudio, se asociaba con la mayor parte, dos tercios, de partos prematuros y peso reducido al nacer. Los países en desarrollo eran aquellos que sufrían de forma destacada esta forma de contaminación del aire en las casas, principalmente por el uso de combustibles sólidos para cocinar (carbón, madera, excrementos, residuos de la agricultura…).

El estudio plantea múltiples limitaciones, más allá de que la revisión sistemática se realiza a partir de estudios epidemiológicos observacionales. Por ejemplo, existía mucha heterogeneidad en las características de cada estudio (tamaño, niveles de exposición y métodos para definirlo, pasos para atenuar los sesgos…). Además, no se hicieron distinciones entre el efecto directo de las partículas contaminantes PM 2,5 sobre el peso en el nacimiento y aquel que podía darse de forma indirecta al favorecer la prematuridad. Por todo ello, es posible que los efectos negativos de la contaminación del aire sobre los bebés estén subestimados.

Los autores calculan que la disminución a niveles seguros de dichas partículas en el sur de Asia y África llevaría a un descenso de la incidencia global de BPN y NP de alrededor de un 78 %, por ser estas áreas las que mayor contaminación del aire sufren. Por ello, destacan la importancia de implementar controles en la calidad del aire, junto a otras medidas, para reducir la contaminación ambiental y así disminuir de forma drástica los efectos indeseados sobre los recién nacidos, que se enfrentan a un mayor riesgo de morir o sufrir enfermedades a lo largo de la vida.

Esther Samper

Referencia: «Ambient and household PM2.5 pollution and adverse perinatal outcomes: A meta-regression and analysis of attributable global burden for 204 countries and territories», Ghosh Causey et al. en PLOS Medicine, vol. 18, n.º 9: e1003718, 28 de septiembre de 2021.