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Confirmado: la pandemia de COVID-19 se originó en un mercado de animales de Wuhan

La discusión pública sobre el origen del SARS-CoV-2 ha estado rodeada de gran controversia y salpicada por numerosas teorías sin fundamento durante años. Las teorías conspirativas más populares señalan que el virus fue creado artificialmente en el laboratorio de alta seguridad biológica de Wuhan o que era de origen natural, pero había escapado por accidente de allí. Ninguna investigación rigurosa sugería que esto pudiera haber ocurrido. Las secuencias genéticas del SARS-CoV-2 no mostraban señal alguna de manipulación artificial y los análisis epidemiológicos iniciales señalaban al mercado mayorista de mariscos de Huanan (en Wuhan, China) como el punto donde el coronavirus comenzó a extenderse entre las personas.

Sin embargo, la opacidad inicial de China y las trabas que esta nación impuso durante un tiempo a los investigadores independientes favoreció la aparición de bulos y dificultó conocer los detalles de la aparición del nuevo coronavirus. ¿Cuándo, dónde y cómo saltó el nuevo coronavirus desde los animales a los humanos? La revista Science ha publicado hace poco dos artículos científicos, complementarios entre sí, que demuestran, fuera de toda duda, que el epicentro inicial de la pandemia de COVID-19 fue el mercado de Huanan. El enorme volumen de datos recopilados descarta que pueda haber otro origen.

El equipo de virólogos y biólogos evolutivos implicados en la investigación es internacional e independiente. Realizaron un extenso trabajo de campo en la ciudad para identificar los primeros casos de COVID-19 y rastrear el origen de los contagios. También estudiaron la movilidad de las personas que acudieron al mercado de Huanan (a partir del análisis de datos de localización de redes sociales) y tomaron muestras en múltiples zonas de este lugar.

Todos los datos apuntan a que dos linajes diferentes de SARS-CoV-2 saltaron de animales vivos del mercado de Huanan a personas entre finales de noviembre y comienzos de diciembre de 2019. Entre ambos fatídicos saltos probablemente transcurrió una semana. Desde ahí, el nuevo coronavirus se extendió por Wuhan, más tarde por China y, con el tiempo, por todo el mundo.

Los casos más tempranos de COVID-19 no solo se localizaron en zonas de Wuhan próximas al mercado y estuvieron estrechamente relacionados con este lugar, sino que ocurrieron a su alrededor, con el mercado como punto central de ellos. Esto no ocurría en torno al laboratorio de alta seguridad biológica, como sería de esperar si realmente el coronavirus hubiera surgido de allí. Además, esta cercanía de los casos iniciales con el mercado ocurría tanto para los contagios que se relacionaban con este lugar como los que no. Este fenómeno cuadra con el comportamiento de un brote inicial de una enfermedad infecciosa: primero surgen infecciones relacionadas directamente con el lugar inicial donde aparece el agente patógeno y, más tarde, las personas infectadas contagian a otras en las zonas que frecuentan, muchas de ellas cercanas al foco del brote.

Sin embargo, ¿es posible que lo que ocurrió en el mercado de Huanan fuera un evento superdiseminador del virus y que este, en realidad, surgió en otro lugar y tan solo se expandió en el mercado? Los datos de localización de redes sociales muestran que esta explicación es muy improbable: este mercado de Wuhan no recibía una gran afluencia de gente y es muy improbable que justo los dos linajes de SARS-CoV-2 se diseminaran en este lugar, sin ser su origen. Además, el exceso de muertes por neumonía se registró por primera vez en los distritos alrededor de dicho mercado.

Por otro lado, entre noviembre y diciembre de 2019 se vendían diferentes especies de mamíferos vivos, susceptibles de infectarse y transmitir el SARS-CoV-2, en una sección específica del mercado de Huanan: el lado oeste. Entre ellos, se encontraban zorros rojos, erizos, liebres, tejones, mapaches japoneses y ciervos muntjacs. Los análisis de muestras recogidas en las jaulas de esta sección, de los carritos que las transportaban y de dispositivos para quitar pelos y plumas eran positivas para el nuevo coronavirus. Además, los primeros casos de COVID-19 que se identificaron antes del 20 diciembre de 2019 eran personas que habían estado en este lugar del mercado, donde se vendían animales.

A pesar de la gran profundidad de esta investigación, numerosos detalles siguen siendo un misterio. Por ejemplo, se sigue desconociendo qué especie animal intermediaria fue la responsable de transmitir el virus a humanos en el mercado de Huanan. El lugar se cerró el 31 de diciembre sin que se tomaran muestras de las especies animales sospechosas de haber transmitido el SARS-CoV-2. Esto también impide conocer la procedencia de los animales responsables del comienzo de la pandemia y si había otras variantes del virus circulando en dichos animales, que finalmente no saltaron a las personas.

En cualquier caso, el nivel de conocimiento sobre el origen de la pandemia de COVID-19 es muy superior al que se ha conseguido para otras muchas epidemias provocadas por virus. Investigar cómo saltan los agentes patógenos a los humanos es un proceso complejo y salpicado de dificultades y limitaciones. Es muy probable que algunos detalles sobre la irrupción del SARS-CoV-2 en el mundo no se conozcan jamás. Sin embargo, las lecciones aprendidas a partir de esta investigación serán muy valiosas para intentar prevenir la próxima pandemia.

Esther Samper

Referencias:

«The Huanan Seafood Wholesale Market in Wuhan was the early epicenter of the COVID-19 pandemic»; Michael Worobey et al. en Science, publicado en línea, 26 de julio de 2022

«The molecular epidemiology of multiple zoonotic origins of SARS-CoV-2»; Jonathan Pekar et al. en Science, publicado en línea, 26 de julio de 2022