Los Fasci Italiani di Combattimento (literalmente, Fasces Italianos de Combate) fueron una organización política creada en Milán por Benito Mussolini el 23 de marzo de 1919, que daría lugar en 1921 al PNF (Partido Nacional Fascista). Lo curioso es que la palabra «fasces» (plural de «fascio»), que aludía originalmente a un emblema militar de la Antigua Roma, provenía del vocabulario de la izquierda revolucionaria: equivalía a «liga» y había surgido en la Sicilia de finales del siglo XIX. Claro que también el propio Mussolini era un antiguo izquierdista renegado.
En efecto, el futuro Duce –y máximo colaborador del Tercer Reich de Hitler– había sido militante del Partido Socialista Italiano (PSI) hasta que la pugna entre intervencionistas y antiintervencionistas en la I Guerra Mundial llevó a su expulsión (primero estuvo en contra, pero luego se pasó al bando favorable a la participación de Italia en el conflicto). La creación de los Fasci y de su programa político tuvo lugar en una asamblea en la plaza del Santo Sepulcro de Milán, por lo cual los primeros afiliados al fascismo serían también llamados sansepolcristi.
Los fascistas pronto adoptaron sus emblemas más reconocibles: la bufanda amarilla y roja (los colores de Roma), la camisa negra de los squadristi (grupos paramilitares) y símbolos como el puñal o, naturalmente, los fasces imperiales. Tras su tercer congreso, los Fasci se transformaron en el PNF el 7 de noviembre de 1921. Ya como líder de este nuevo partido, Mussolini organizaría la famosa Marcha sobre Roma que, entre el 27 y el 29 de octubre de 1922 , marcó el final del sistema democrático parlamentario y el inicio del régimen fascista en Italia, al frente del cual se situó él mismo como nuevo jefe de gobierno.
