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Descubren nuevos depósitos de agua en la superficie Luna

Hace años que los astrónomos saben que la Luna no está completamente seca. En 2009, por ejemplo, la sonda india Chandrayaan-1 halló pruebas de la existencia de minerales hidratados en la superficie. Y hace tiempo que se cree que los cráteres cercanos a los polos y con regiones permanentemente en sombra podrían albergar grandes cantidades de hielo. Aunque sigue sin estar claro cuánta agua alberga realmente nuestro satélite, ahora dos trabajos han obtenido nuevos datos al respecto.

Uno de ellos, liderado por la planetóloga Casey Honniball, de la Universidad de Hawái, ha usado datos del Observatorio Estratosférico para la Astronomía Infrarroja (SOFIA, por sus siglas en inglés). Este telescopio, instalado a bordo de un Boeing 747 reconvertido, observa el cielo en luz infrarroja desde la estratosfera terrestre. En 2018 se propuso estudiar por primera vez la superficie lunar. Y, a diferencia de lo ocurrido en 2009 con la sonda Chandrayaan-1, en esta ocasión los investigadores lograron obtener indicios claros de la presencia de agua molecular, algo posible gracias a la detección de una señal espectroscópica única en una longitud de onda de 6 micrómetros.

Los resultados muestran que, como poco, algunas zonas cercanas al polo sur lunar son relativamente ricas en agua. Además, esa agua no se hallaría en forma de minerales hidratados ni residiría únicamente en cráteres sumidos para siempre en la sombra, sino que se encontraría en forma molecular y a plena luz del sol, donde en principio tendría que evaporarse con rapidez.

Según escriben los autores en su artículo, publicado en Nature Astronomy, ello se debería a que el agua se halla protegida por factores geológicos locales, como pequeñas estructuras vítreas, entre otras posibilidades. De hecho, hace tiempo que se había detectado agua en micrometeoritos de vidrio contenidos en las muestras de las misiones Apolo, si bien en cantidades mucho menores que las observadas ahora.

Por su parte, otro trabajo también publicado en Nature Astronomy y dirigido por Paul Hayne, de la Universidad de Colorado en Boulder, ha referido la existencia de ciertas «microtrampas frías» hasta ahora desconocidas: pequeñas regiones porosas del orden de un centímetro de diámetro que, más allá de los grandes cráteres en sombra, podrían también retener agua de manera permanente.

Este segundo estudio, basado en modelos teóricos y en los datos del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO), de la NASA, concluye que, en las regiones polares, esas microtrampas de hielo podrían abarcar una extensión de hasta 40.000 kilómetros cuadrados. No obstante, en el amplio cinturón situado entre el ecuador lunar y los 80 grados de latitud norte o sur, incluso las regiones en sombra serían demasiado cálidas para albergar hielo.

El mensaje principal de ambos trabajos es que la superficie de la Luna podría contener más agua de la que se pensaba hasta ahora. El agua se considera un requisito irrenunciable para las futuras misiones tripuladas que deseen permanecer en el satélite durante períodos prolongados, y disponer de ella solo será posible si puede extraerse in situ.

Jan Osterkamp

Referencias: «Molecular water detected on the sunlit Moon by SOFIA»; Casey Honniball en Nature Astronomy, 26 de octubre de 2020. «Micro cold traps on the Moon»; Paul Hayne et al. en Nature Astronomy, 26 de octubre de 2020.