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El comportamiento colectivo de los trilobites

Numerosos animales presentan comportamientos sociales: los peces nadan en cardúmenes, las orugas procesionarias se desplazan en fila, las hormigas forman sociedades altamente organizadas, etcétera. Pero ¿cuándo aparecieron las conductas sociales? Un estudio sugiere que son extraordinariamente antiguas. Al analizar fósiles de trilobites de 480 millones de años de antigüedad, Jean Vannier, de la Universidad Claude-Bernard de Lyon, y sus colaboradores han revelado la existencia de un comportamiento de grupo en estos artrópodos que vivían en el fondo marino.

Descubiertos en Marruecos, estos fósiles pertenecen a la especie Ampyx priscus y presentan una particularidad: aunque la mayoría de las veces los fósiles suelen estar dispuestos de forma desordenada, en este caso forman grupos muy organizados: los individuos, todos alineados en la misma dirección, parecían desplazarse en el fondo del mar, uno detrás de otro, cuando de repente quedaron enterrados.

Al analizar en detalle la posición y las características de los 105 individuos fosilizados, los investigadores hallaron una serie de indicios que les hicieron pensar que tales alineaciones no son resultado del azar. En primer lugar, casi todos los individuos se orientan en la misma dirección: solo uno está vuelto de espaldas, muy pocos se sitúan en contra dirección y el ángulo entre dos trilobites sucesivos suele ser muy pequeño. Los trilobites también se suceden muy cerca uno de otro y cada fila se curva siempre en la misma dirección, lo que indica un movimiento conjunto. Además, los trilobites están enteros, es decir, corresponden a fósiles de cuerpos reales y no a cubiertas externas expulsadas durante la muda (exuvias). Por consiguiente, estos trilobites estaban probablemente vivos cuando quedaron enterrados.

Por estas razones, Jean Vannier y sus colaboradores creen que los fósiles son una prueba clara de la existencia de un comportamiento colectivo en los trilobites, el cual consistía en moverse en grupos sincronizados sobre el lecho marino.

Sin embargo, estos animales carecían de visión. ¿Cómo se las arreglaban para seguirse uno al otro en una sola fila? Según los investigadores, probablemente se comunicaban entre sí a mediante contactos táctiles a través de las largas espinas de su caparazón. Pero también podrían haber empleado señales químicas, como feromonas, que resultan habituales en la mayoría de los animales y algunas plantas.

Queda por ver por qué los trilobites se desplazaban así. El examen de comportamientos similares en animales actuales ofrece algunas explicaciones posibles. Por ejemplo, ciertas especies de langostas realizan migraciones estacionales colectivas para escapar de las tormentas, y la coherencia del grupo se asegura a través del contacto táctil entre los individuos. Viajar en grupo tiene la ventaja, para cada individuo, de estar menos expuesto a los depredadores. Para las aves migratorias, la formación en forma de V reduce la resistencia hidrodinámica de todo el grupo y, por lo tanto, ahorra energía. Finalmente, algunos cangrejos de herradura se comunican mediante feromonas para viajar juntos a sus lugares de cría.

Sin embargo, el equipo de Jean Vannier demostró que todos los trilobites fósiles que formaban grupos eran adultos, lo que refuerza la hipótesis de agrupamiento durante la temporada de cría, como sucede en los cangrejos de herradura. Los investigadores ofrecen así dos explicaciones para sus observaciones sobre Ampyx priscus: una respuesta al estrés ambiental o un comportamiento reproductivo. La aparición de estas conductas sería el resultado de una presión selectiva que se produjo hace 500 millones de años, debido a la complejidad de los ecosistemas y que provocó dos brotes importantes de biodiversidad en el reino animal: la explosión del Cámbrico y la gran biodiversificación del Ordovícico.

Lucas Gierczak

Referencia: «Collective behaviour in 480-million-year-old trilobite arthropods from Morocco». Jean Vannier et al. en Scientific Reports, vol. 9, n° 14941, octubre de 2019.