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El efecto antiepiléptico de la música de Mozart

La ciencia cognitiva denomina efecto Mozart a las mejoras en el rendimiento cognitivo que experimentan las personas tras escuchar ciertas piezas del compositor austríaco. Durante décadas, este extraño fenómeno ha sido objeto de debate. Ahora, un estudio publicado en la revista European Journal of Neurology centra otra vez la atención en los supuestos beneficios de la música de Mozart.

El equipo de investigadores de la Universidad de Brno, en la República Checa, probó el efecto de la Sonata para dos pianos K448, sobre las crisis epilépticas de 18 pacientes con epilepsia resistente al tratamiento. Estas personas ingresaron en el hospital con el objeto de someterse a pruebas exhaustivas, que incluían la implantación de electrodos en varias regiones de la corteza cerebral para localizar los lugares de las convulsiones y la frecuencia de su aparición. Durante este procedimiento, Klára Štillová y sus compañeros eligieron composiciones de Mozart y Haydn para que los pacientes las escucharan.

¿Por qué Haydn? La música de este compositor alemán, que influyó fuertemente en Wolfgang Amadeus, es cercana a la de este, y los autores esperaban detectar características específicas de las composiciones de Mozart. Asimismo, también valoraron incluir en la investigación melodías de otros compositores como Bach, Beethoven, Wagner, Chopin y Liszt, pero las descartaron después de realizar un análisis espectral de su música. Al parecer, las melodías con un alto grado de armonía, es decir relaciones de frecuencia particulares entre las diferentes notas de la partitura, como las de Mozart y Haydn, tienen mayor probabilidad de calmar los ataques epilépticos.

De acuerdo con los resultados, escuchar a Mozart redujo los ataques epilépticos en un 32 por ciento, en esta muestra de pacientes. En cambio, Haydn los aumentó un 45 por ciento. Los participantes no estaban familiarizados con las piezas musicales, y tampoco eran aficionados a la música clásica. Por consiguiente, los investigadores descartaron la existencia de un efecto puramente hedónico, que actuara sobre el sistema de recompensa del cerebro. Así pues, postulan que las características acústicas de esta música actuarían sobre las redes neuronales implicadas en las convulsiones.

El equipo concluye que la música antiepiléptica debería tener pocas disonancias, una fuerte periodicidad con un entorno regular de acordes similares cada 10 a 60 segundos para que coincida con las frecuencias de las ondas cerebrales relajantes, pocos saltos de volumen en la orquestación y un tempo lento.

Sébastien Bohler

Referencia: «Mozart effect in epilepsy: Why is Mozart better than Haydn ? Acoustic qualities-based analysis of stereoelectroencephalography», de K. Štillová et al, en European Journal of Neurology, publicado el 28 de mayo de 2021.