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El humo meteorítico le crea nubes de hielo a Marte

Una peculiaridad de la atmósfera de Marte que hasta ahora estaba mal explicada tiene posiblemente una causa inesperada. Lo explican en Nature Geoscience Victoria Hartwick y Brian Toon, de la Universidad de Colorado en Boulder, y Nicholas Heavens, de la Universidad de Hampton. Según sus argumentos, partículas de humo de polvo interplanetario, quemado más arriba en la atmósfera, generan a una altura de entre 30 y 60 kilómetros sobre la superficie marciana nubes de agua, de las cuales hasta ahora no se había podido dar ninguna explicación satisfactoria. Estas nubes a media altura están muy extendidas sobre Marte; sin embargo, en las simulaciones que se habían efectuado hasta hoy de la atmósfera del planeta apenas si aparecían a esa altura.

Con un modelo climático modificado, el grupo ha realizado una simulación del efecto duradero que tiene en Marte el polvo interplanetario que cae sobre él. Le entrega cada día marciano al planeta unos 400 kilogramos de material, que se reparten homogéneamente a unos 80 kilómetros de altura y que luego crean más abajo las nubes de hielo observadas.

Que el polvo interplanetario fomenta la creación de nubes de hielo se sabe por el ejemplo de la propia Tierra. Las nubes noctilucentes (un velo de hielo de agua, normalmente invisible, situado a unos 80 kilómetros de altura), muchas veces espectacularmente iluminadas desde abajo por el Sol, se crean seguramente de esa misma manera: se condensan partículas de hielo en las partículas del humo que se forman al quemarse en la atmósfera el polvo interplanetario y que van cayendo desde más arriba.

Por lo tanto, no es demasiado sorprendente que también las nubes de hielo de Marte se originen de ese modo; la sonda MAVEN (acrónimo en inglés de Atmósfera Marciana y Evolución de Volátiles) descubrió a una altura de entre 80 y 90 kilómetros una capa atmosférica que contiene metales, constituida por material interplanetario que se precipita permanentemente hacia alturas inferiores. Esta lluvia continua ofrecería los hasta ahora no descubiertos núcleos de condensación de las nubes de hielo, y sin ese efecto los modelos climáticos de Marte no generan el flujo de calor correcto en la atmósfera, explican la investigadora y sus colaboradores. Las finas nubes influyen, por ejemplo, en la circulación atmosférica y en las mareas térmicas de la atmósfera en el lado diurno.

Spektrum.de

Referencia: «High-altitude water ice cloud formation on Mars controlled by interplanetary dust particles», de V. L. Hartwick et al. en Nature Geoscience (2019).