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El mayor volcán del mundo pierde esa distinción

El macizo de Tamu, en el noroeste del Pacífico, unos 1600 kilómetros al este de Japón, cubre una superficie de 300.000 kilómetros cuadrados y se levanta hasta cuatro mil metros sobre el fondo oceánico; las raíces llegan a una profundidad de 25 kilómetros dentro de la Tierra. Estas dimensiones imponentes movieron a los geólogos a calificar en 2013 a esta montaña como el mayor volcán de la Tierra e incluso del sistema solar. Pero no todos están de acuerdo con esta consideración, ya que la historia de su formación es muy compleja, como una expedición científica por esa parte del Pacífico comprobaría ya un par de años después. William Sager, de la Universidad de Houston, y su equipo han publicado ahora un estudio en Nature Geosciences según el cual el macizo de Tamu pierde incluso su título de mayor volcán en escudo que ellos mismos le habían concedido: Sager enmienda su propia opinión original basándose en nuevos datos.

Entre hace 145 y 130 millones de años irrumpió lava allí, en la zona de contacto de tres dorsales mediooceánicas, y construyó el edificio volcánico. Mientras se enfriaba, los compuestos de hierro existentes se orientaron según el campo magnético terrestre; conservaron así un registro de la posición del polo magnético en el momento de la formación.

Sager y sus colaboradores han compilado 1.700.000 datos del campo magnético. Indican que el macizo de Tamu, en gran parte, se formó de manera parecida a como lo hacen hoy las dorsales mediooceánicas: nueva roca fundida sedesplaza por una grieta central hacia arriba, se acumula a ambos lados de la grieta, se solidifica y empuja el viejo material hacia afuera: la clásica expansión del suelo marino de la tectónica de placas.

En el sector central y más alto del macizo de Tamu no valía en principio esa explicación: se mostraba en los datos del campo magnético como una masa homogénea, de lo que se deducía que se alimentó de una gran pluma de magma en el manto terrestre. En su nuevo estudio, Sager y sus colaboradores muestran que, sin embargo, también muy adentro del volcán se encuentran anomalías magnéticas. Al menos una vez durante la formación del macizo debió de invertirse el campo magnético terrestre, lo que señala que el macizo de Tamu no se formó a partir de una sola pluma de magma por medio de erupciones continuas, según estos investigadores.

Se trata, pues, de un sistema volcánico complejo que en su conjunto se corresponde más bien con una dorsal mediooceánica. No deja de ser impresionante por sus dimensiones, pero no es un volcán de escudo.

De esta forma, el Mauna Loa recupera su título de mayor volcán de escudo de la Tierra. Desde el fondo del mar se alzan directamente sus más de 9000 metros de altura, de los cuales 4100 están debajo del agua. Sin embargo, su superficie total solo suma unos «insignificantes» 5000 kilómetros cuadrados. Al contrario que el macizo de Tamu, todavía está activo.

Daniel Lingenhöhl / Spektrum.de

Referencia: «Oceanic plateau formation by seafloor spreading implied by Tamu Massif magnetic anomalies», de William W. Sager et al. en Nature Geosciences (2019).