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El Museo del Prado replica el gabinete de la Realeza de hace dos siglos, incluido el retrete de Fernando VII

Publicado 08/04/2019 14:38:30CET

   MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) –

   El Museo del Prado ha replicado en una sala el conocido como Gabinete de Descanso de sus Majestades, espacio habilitado en 1828 para el descanso de Fernando VII y que incluye en una habitación contigua el retrete del monarca, realizado por Ángel Maeso y único mueble que se conserva original de las colecciones reales.

   «Queríamos trasladar la experiencia estética de hace dos siglos recuperando un espacio destinado solo en exclusiva a las Familias Reales y a personal directivo, siendo en su momento el espacio menos visitado del museo», ha explicado Pedro J. Martínez, técnico del Área de Conservación de pintura del siglo XIX de la pinacoteca.

   En el gabinete original –ubicado en la primera planta del museo, frente al Jardín Botánico– había 54 pinturas, de las que se han conseguido reunir 44 basadas en el inventario de 1834. Para ello, solo dos salas del Prado se han visto alteradas para trasladar obras y se ha contado con los depósitos de otras cuatro instituciones.

   La ‘Jura de Fernando VII como Príncipe de Asturias’, de Luis Paret; el retrato de Carlos IV de Lorenzo Tiépolo o ‘La reina María Luisa con mantilla’, de Agustín Esteve según Francisco de Goya, son algunas de las obras que cuelgan de esta sala, las cuales están acompañadas por numerosos bodegones.

   De las originales, Martínez ha destacado por ejemplo la ausencia de la obra de ‘La familia de Carlos IV, de Goya, que se mantiene en «un sitio emblemático» del museo. «Pero sin duda ha sido un reto encajar en un espacio tan reducido como éste a un medio de centenar de pinturas«, ha añadido.

   También la disposición de algunas de las obras, tal y como estaban en la época original, han supuesto algún «quebradero de cabeza» para los responsables del proyecto, puesto que debían estar a una altura difícil para los visitantes. «Tanto la iluminación como el ‘cabeceo’ de los cuadros están preparados para que el público pueda verlo claramente«, ha resaltado.

   Además de los espacios reales, se incorporaba también un pequeño lugar para el aseo y la higiene personal que ha sido recuperado, con el mueble de Maeso incluido. El carácter privado de la sala se mantuvo hasta 1865, cuando Federico de Madrazo decidió abrir el espacio y añadir nuevos retratos reales al espacio.

   Además del espacio físico, esta exposición cuenta con recorridos virtuales que se podrán hacer en la misma sala y una experiencia inmersiva de realidad virtual, disponible en la web del museo.