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El Prado expone las «eternas» pinturas sobre piedra de artistas como Tiziano o Bassano en ‘In Lapide Depictum’

Publicado 16/04/2018 15:26:57CET

   MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) –

   El Museo del Prado acoge, desde este martes 17 de abril hasta el 5 de agosto, la exposición ‘In Lapide Depictum. Pintura italiana sobre piedra 1530-1555’ que aúna una selección de nueve obras realizadas sobre piedra monocroma (pizarra y mármol blanco) y ofrece una faceta diferente de autores italianos como Tiziano, Sebastiano del Piombo y Leandro Bassano que, a través de la piedra, buscaban «que sus obras fueran eternas».

   Así lo ha hecho saber la comisaría de la muestra y técnico superior de museos del Área de Restauración del Museo del Prado, Ana González, en rueda de prensa con motivo de la presentación de la exposición a los medios, este lunes 16 de abril en Madrid.

   González ha precisado que el proyecto tiene su origen en la restauración de dos obras de Tiziano (una en mármol y otra en pizarra) y otra pieza de Bassano en la que han participado diferentes profesionales de distintas disciplinas (geografía, arqueología o arte) para mostrar al visitante «en su plenitud» la singularidad de estas obras de arte realizadas al óleo en «soportes tan especiales y raros de encontrar en la historia del arte».

   Así, de toda la exposición, la comisaria ha destacado las dos «obras maestras» de Tiziano. Por una parte, el ‘Ecce Homo’, uno de los únicos cuadros que el autor pintó sobre piedra, concretamente pizarra, que fue un encargo para el emperador Carlos V. «En este cuadro Tiziano transforma a un Cristo bizantino y aprovecha el desgaste de la piedra para reproducir el cuerpo magullado de Jesucristo de una manera muy serena«, ha dicho.

   Por otra parte, ha destacado la presencia de ‘La Dolorosa’ del mismo autor, pintado en mármol imperial. «¿Es el arte más poderoso que la naturaleza? Es una pregunta que me gustaría que reflexionáramos con esta exposición. Era el emblema de Tiziano. El deseo de hacer obras eternas fue lo que movió a estos pintores a utilizar las rocas como soporte», ha explicado.

   En este punto, ha puntualizado que aunque estos materiales son resistentes a fenómenos como la humedad y los insectos, también son frágiles, algo que dificulta su transporte y por lo tanto su difusión.

   Según ha precisado, esta disciplina no tiene su origen en los pintores renacentistas, si no en la cultura clásica. «Para los griegos la escultura no tenía sentido sin la pintura, y parece que la pintura sobre piedra se erigía como una solución a esto«, ha señalado.

   En este contexto, ha resaltado que, debido a la «singularidad» del tema, el Prado ha querido profundizar en este fenómeno estudiando, por una parte, las teorías que estimularon su desarrollo, y por otra, explorando el origen de la técnica, su relación con el mundo clásico y los procedimientos pictóricos que pusieron a punto a Sebastiano del Piombo, Tiziano y Daniele da Volterra para conseguir resultados cromáticos diferentes y que las obras llegasen a nuestros días en buen estado de conservación.

TÉCNICA RECUPERADA EN EL RENACIMIENTO

   Por otro lado, ha subrayado que la reaparición de esta técnica de pintura sobre roca surgió en Venecia en el siglo XVI al protagonizar una renovación de las técnicas y los materiales artísticos alentada por el mundo clásico, la llegada de materiales de Oriente y la edición en sus imprentas de textos grecorromanos que describían el arte del pasado.

   «Se dice que Sebastiano era el precursor y que tenía un secreto para pintar en piedra, pero lo cierto es que era una práctica que venía del mundo clásico y que se recuperó en el renacimiento«, ha matizado.

   Las obras de la exposición provienen del propio Museo del Prado y así como de museos de Nápoles y reflejan, según González, la consolidación de una corriente de cambio en las técnicas artísticas, ejemplificando conceptos estéticos y filosóficos vigentes en aquel momento como el control de la incidencia de la luz en la superficie de la pintura, el deseo de hacer creaciones eternas o la percepción del entorno natural codificada en los textos clásicos.

   Asimismo, la muestra cuenta con la presencia de piezas pertenecientes a obras del mundo clásico romano y materiales pétreos en bruto para contextualizar las pinturas seleccionadas, así como una serie de estudios concretos llevados a cabo con medios específicos de las distintas disciplinas, cuyos resultados verán la luz en una publicación asociada a la muestra.

   «Este tipo de trabajos no solo nos permiten ver grandes obras de grandes artistas, sino que también nos permite explorar los métodos que utilizaban a la hora de trabajar y hacer un seguimiento del proceso de reflexión de los mismos«, ha concluido.