Inicio Intelectualidad Golpe de Praga, una victoria de la URSS

Golpe de Praga, una victoria de la URSS

Golpe de Praga, una victoria de la URSS




Ver test




¿Cuánto sabes sobre la Segunda Guerra Mundial?


Se conoce como Golpe de Praga –o, en la historiografía comunista, Febrero Victorioso– al golpe de Estado llevado a cabo por el Partido Comunista de Checoslovaquia (KSČ) entre el 21 y el 25 de febrero de 1948, con la colaboración directa de la Unión Soviética. Supuso la caída de la última democracia que quedaba en Europa del Este y un triunfo de Stalin en la formación de un bloque monolítico de países europeos dominados y tutelados por Moscú. Esta política de bloques en el marco de la Guerra Fría se consolidaría en 1955 con la firma del llamado Pacto de Varsovia, ya en la etapa de Nikita Kruschev al frente de la URSS.

Acabada la II Guerra Mundial, el KSČ liderado por Klement Gottwald obtuvo el 38% de los votos en las elecciones de 1946, el mejor resultado histórico de un partido comunista europeo en unos comicios libres. Por ello, el presidente de la República, el izquierdista nacionalista moderado Edvard Beneš, formó un gobierno de concentración nacional con Gottwald como primer ministro y presencia de socialdemócratas, liberales y otras fuerzas. Pero desde el verano de 1947 las tensiones internas en el gabinete no cesaron, y la actuación de los comunistas al frente de la Policía y las fuerzas armadas les ganaron una creciente impopularidad.

Así las cosas, y temiendo la anunciada derrota del KSČ en las elecciones previstas para mayo de 1948, la URSS pasó a la acción. En septiembre, en una reunión del Kominform, se señaló que «a la victoria completa de la clase obrera sobre la burguesía en todos los países de Europa del Este le falta Checoslovaquia, donde la lucha de poder sigue sin decidirse». Dicho y hecho. El KSČ –en colaboración con el embajador soviético, Valerian Zorin– puso en marcha movilizaciones callejeras por todo el país y desestabilizó al gobierno amenazando con el uso de la fuerza a los no comunistas. El 21 de febrero dimitieron doce ministros; el 23, Gottwald exigió en un discurso ante 100.000 personas la entrega total del poder; el 25, Beneš capituló.

La nueva República Socialista purgó a miles de funcionarios y se multiplicaron las detenciones y las huidas del país. Tal vez el episodio más siniestro fue el «suicidio» de Jan Masaryk, exministro de Exteriores, hallado muerto el 10 de marzo bajo la ventana cerrada del baño del Ministerio, lo que hizo circular el macabro chiste de que «era un hombre tan ordenado que cuando saltó por la ventana la cerró tras él». Checoslovaquia intentaría volver a la democracia 20 años después, en la famosa Primavera de Praga de 1968, de nuevo abortada por la URSS. Finalmente, la Revolución de Terciopelo de 1989 acabó con la dictadura comunista, y en enero de 1993 el país se escindió pacíficamente en dos: la República Checa y Eslovaquia.