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Hedy Lamarr, reconocida actriz e inventora del WiFi

Hedy Lamarr


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¿Cuánto sabes sobre inventos?

Hedy Lamarr, además de ser la primera mujer que protagonizó un desnudo y simuló un orgasmo en la Historia del cine (Éxtasis, Gustav Machatý, 1933), inventó un sistema de comunicación que es la base del WiFi, el Bluetooth y otras tecnologías actualmente en uso.

Por eso, en la fecha de su nacimiento, el 9 de noviembre (de 1914), se conmemora hoy el «Día del Inventor».

Nacida en Viena, desde pequeña Hedy destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada.

A los 18 años, se casó con un poderoso empresario armamentístico austríaco, Friedrich Mandl, con el que se casó un año más tarde. En 1933, Adolf Hitler ya había subido al poder en Alemania, y Mandl tenía contactos importantes dentro del Partido Nazi. Era un notorio fascista en Austria y, durante los cuatro años que estuvo casado con Lamarr, ella casi fue una reclusa en su propia casa y, además, asistió a algunas reuniones de su marido con los principales jefes del nazismo en Austria, a los que proveyó de armas.

En una maniobra digna de una película de espías, Hedy Lamarr (cuyos padres eran judíos, por cierto, pero su madre se había convertido al catolicismo) decidió en 1937 que había tenido suficiente, y huyó a París disfrazada de criada. Allí conoció a Louis B. Mayer, el presidente de Metro Goldwyn-Mayer, que le ofreció un contrato de siete años en Hollywood.

Empezó los estudios de ingeniería, que abandonó atraída por su vena artística –entre 1940 y 1949 hizo 18 películas–.

Pero su trabajo como actriz la aburrió rápidamente. Por esto, decidió desarrollar su interés por las ciencias aplicadas, lo que, combinado con su repudio por el régimen nazi, produjo su mayor provecho.

En 1942 inscribió la patente de un método de comunicación secreto que buscaba evitar la detección de torpedos enviados por las tropas aliadas. La idea de Hedy era que, si podías hacer que tanto el transmisor como el receptor saltaran simultáneamente de frecuencia a frecuencia, entonces cualquiera que intentara interrumpir la señal no sabría dónde estaba.

Finalmente no se usó a lo largo de la II Guerra Mundial, pero sí lo aplicó el ejército de EE UU en 1962, durante la crisis de los misiles en Cuba.

Lamarr desarrolló otros inventos: una versión mejorada de los semáforos y una pastilla para crear una bebida gaseosa.