Gracias a un análisis de los datos de archivo del observatorio espacial Chandra, un grupo de astrónomos ha detectado por primera vez rayos X procedentes de Urano. Su causa más probable es la dispersión de los rayos X procedentes del Sol, aunque algunos de ellos podrían también deberse a las auroras que experimenta el planeta o a su sistema de anillos, según refieren los autores en un artículo publicado en el Journal of Geophysical Research: Space Physics. El hallazgo podría ayudar a conocer mejor el enigmático gigante helado, uno de los planetas menos conocidos del sistema solar.
Hasta ahora, la única sonda espacial que ha sobrevolado Urano ha sido la Voyager 2. Eso fue hace unos 35 años, pero los datos recogidos entonces siguen determinando la imagen del planeta gigante. Por lo demás, los astrónomos han de conformarse con estudiar Urano desde instrumentos terrestres o en órbita, como el telescopio espacial Hubble o el observatorio de rayos X Chandra, lanzado al espacio en 1999. Hasta ahora se habían detectado emisiones de rayos X procedentes de cometas, así como de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y varias de sus lunas, Saturno y Plutón.
La identificación de rayos X en Urano ha sido posible gracias al análisis de tres imágenes tomadas por el observatorio Chandra el 7 de agosto de 2002 y el 11 y el 12 de noviembre de 2017. Los datos de 2002 muestran rayos X difusos, los cuales se muestran en color rosado en la fotografía hecha pública ahora. En 2017, Chandra detectó destellos aislados de rayos X.
¿Cuál es el origen de esta radiación? En su artículo, los autores escriben que una causa probable es la luz procedente del Sol. Se trata de una explicación natural, ya que se sabe que otros planetas, como Júpiter y Saturno, dispersan los rayos X emitidos por la estrella, de forma parecida a como ocurre en la atmósfera terrestre.
No obstante, y según informa también la NASA en un comunicado, los datos revelan «tentadores indicios» de otras dos posibles fuentes de rayos X: las auroras del planeta o sus anillos. Al igual que Saturno, Júpiter y Neptuno, también el séptimo planeta del sistema solar posee un sistema de anillos. «Observaciones nuevas y más prolongadas con Chandra ayudarían a confeccionar un mapa de las emisiones de rayos X de Urano» y a calcular las posibles contribuciones respectivas del Sol, los anillos y las auroras, escriben los investigadores en su artículo.
Con un diámetro unas cuatro veces mayor que el de la Tierra, hay dos características que convierten a Urano en un objetivo particularmente interesante para las observaciones en rayos X: su campo magnético y su inusual orientación. A diferencia de los demás planetas del sistema solar, Urano se encuentra «tumbado», en el sentido de que su eje de rotación se halla inclinado casi 90 grados con respecto al eje de su órbita. Hoy en día la razón de esta inclinación sigue sin estar clara y, al igual que ocurre con las emisiones en rayos X, constituye una de las preguntas relativas al gigante helado que los investigadores esperan resolver en el futuro.
Alina Schadwinkel
Referencia: «A low signal detection of X‐rays from Uranus»; W. R. Dunn et al. en Journal of Geophysical Research: Space Physics, vol. 126, e2020JA028739, abril de 2021.