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La biodiversidad también puede desestabilizar los ecosistemas

En los experimentos, los investigadores emplearon seis especies de ciliados, pequeños protozoos que viven en el agua. Con ellos crearon miniecosistemas y observaron cómo respondían a un aumento de la temperatura. [Universidad de Zúrich]

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Se suele pensar que los ecosistemas ricos en especies son más estables frente a las perturbaciones ambientales, como la sequía, las olas de calor o los plaguicidas. Sin embargo, la situación no es tan simple como parece, según han descubierto ecólogos de la Universidad de Zúrich y del Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuática. Bajo ciertas condiciones ambientales, una elevada biodiversidad también puede volver más inestable un ecosistema.

Los ecosistemas nos proporcionan alimentos, agua y otros recursos, así como un espacio de recreo, por lo que resulta importante mantener su funcionalidad y estabilidad, especialmente en vista de las alteraciones que conllevan el cambio climático o la contaminación ambiental. En un experimento único y exhaustivo, los autores han examinado los factores que determinan esta estabilidad.

Miniecosistemas de ciliados

En concreto, se han centrado en el modo en que la biodiversidad influye sobre la estabilidad de los ecosistemas. Crearon ecosistemas en miniatura a partir de seis especies de ciliados, unos pequeños protozoos que viven en el agua. Colocaron diferentes números y combinaciones de estos ciliados en viales y luego dejaron que se desarrollasen a temperaturas de entre 15 y 25 grados centígrados. El aumento de las temperaturas simuló un cambio climático, ya que los ciliados utilizados en el experimento vivían previamente a una temperatura de 15 grados centígrados.
Los autores emplearon nuevas técnicas de evaluación por vídeo para analizar la estabilidad de la producción de biomasa en estos pequeños ecosistemas. Un algoritmo desarrollado por el equipo permitió identificar las especies de ciliados en unas 20.000 secuencias de vídeo de las numerosas muestras examinadas bajo el microscopio.

Resultados contradictorios

A primera vista, el experimento dio resultados contradictorios: la alta biodiversidad favorecía y perjudicaba a la vez la estabilidad del ecosistema. En otras palabras, cuanto más diversa era la comunidad de especies en los miniecosistemas, menos fluctuaba la producción de biomasa, independientemente de la temperatura. Sin embargo, a temperaturas más altas, los investigadores descubrieron que los protozoos producían menos biomasa cuantas más especies se movían por el sistema. «La estabilidad ecológica es compleja y consta de varios componentes», explica Frank Pennekamp, primer autor del estudio. «Nuestro experimento demuestra que la biodiversidad afecta a los componentes individuales de la estabilidad de diferentes maneras.»

«El hecho de que los distintos componentes reaccionen de forma diferente debe tenerse en cuenta en la gestión ecológica, ya que pueden producirse conexiones no lineales entre la diversidad y la estabilidad general de los ecosistemas en función de la ponderación de los componentes», comenta Pennekamp.

Efectos similares en otros ecosistemas

Al revisar la bibliografía, se descubrió que otros científicos también habían hallado una relación negativa entre la biodiversidad y la estabilidad de otros ecosistemas, como las comunidades de pastizales o de algas. «Los resultados dejan claro que un mayor número de especies por sí solas no son suficientes para asegurar la estabilidad general de un ecosistema», apunta Florian Altermatt, coautor del estudio. «Además de la diversidad de especies, las propias especies deben ser capaces de reaccionar a los cambios ambientales de diversas maneras.»

Fuente: Universidad de Zúrich

Referencia: «Biodiversity increases and decreases ecosystem stability». Frank Pennekamp et al. en Nature, 17 de octubre de 2018.