MADRID, 15 Ene. (EDIZIONES) –
Desde que salieran a la luz las acusaciones de acoso sexual contra Harvey Weinstein y Kevin Spacey, se han destapado numerosos casos de comportamiento abusivo de actores, productores y estrellas de Hollywood, dando lugar a campañas como #MeToo y Time’s Up. Días después de la celebración de los Globos de Oro, a los que la mayor parte de los asistentes acudieron de negro como protesta contra los abusos, Liam Neeson reflexiona sobre esta situación y confiesa que podría convertirse de «una caza de brujas».
Durante una entrevista en el programa The Late Late Show de la cadena irlandesa RTE, el actor de El pasajero ha mostrado su preocupación por la oleada de acusaciones de acoso sexual hacia miembros de la industria del entretenimiento. «Hay algunas personas, individuos famosos, que de repente son acusados de tocar la rodilla de una chica, o algo así, y en seguida son despedidos de sus programas», afirma Neeson.
«Es un poco como una caza de brujas«, apunta el actor, que ha resaltado el caso del periodista Garrison Keillor, despedido recientemente de la radio pública de Minnesota tras ser acusado de tener un «comportamiento inapropiado» con una compañera de trabajo. Keillor aseguró que pidió perdón a la mujer después de darle una palmada en su espalda desnuda. «Me dijo que me había perdonado. Continuamos siendo amigos hasta que me llamó su abogado«, afirmó el periodista acusado.
Neeson confesó que «no puede decidir» respecto a las acusaciones de abusos sexuales de Dustin Hoffman. «No estoy diciendo que yo haya hecho cosas similares a lo que él hizo. Al parecer tocó el pecho a una mujer y cosas así, pero se trata de cosas infantiles«, afirmó el actor de Silencio.
«Cuando estás haciendo una película con tu familia, otros actores, técnicos, haces tonterías… y eso se convierte como en una superstición. Si no lo haces todas las noches piensas que vas a estropear la película», explica Neeson.
Otras estrellas que comparten la opinión de Neeson son Catherine Deneuve, Catherine Millet y un centenar de actrices francesas, que consideran que la campaña #MeToo ha llevado a que a decenas de individuos «se les sitúe al mismo nivel que los delincuentes sexuales sin tener posibilidad de defenderse».
