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Los delincuentes potenciales no se benefician de las series de crimen televisivas

  • Noticias
  • 10/01/2018

Psicología

Desmienten el «efecto CSI»: no existe ninguna relación entre el consumo de series de crimen televisivas y la habilidad de encubrir delitos.

en International Journal of Law, Crime and Justice

Los experimetadores solicitaron a seguidores de la serie televisiva CSI que participaran en una actividad en la que debían hacer desaparecer las pruebas del crimen que supuestamente habían cometido. [Andreas Baranowski]

Las series de crimen televisivas influyen en el espectador, según establece el denominado «efecto CSI». Así, diversas investigaciones  señalan que el contenido de programas televisivos como CSI: En la escena del crimen «se filtran» en la vida real. Por ejemplo, se afirman que, a raíz de este tipo de series, los miembros del jurado en un juicio pueden tener expectativas desmesuradas con respecto a las pruebas, lo que podría aumentar las posibilidades de que se absuelva al acusado. Incluso, en el peor de los casos, los potenciales delincuentes podrían aprender a ocultar mejor las pruebas de un crimen gracias a estos programas.

Un equipo de psicólogos de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia, dirigido por Heiko Hecht, ha investigado qué hay de cierto en todo ello. Según sus resultados, publicados en International Journal of Law, Crime and Justice, no existe una correlación entre ver programas de televisión sobre ciencia forense y la habilidad de ocultar las pruebas de un delito. En otras palabras, los delincuentes no sacan provecho del contenido de este tipo de series.

Asesinato en la casa de muñecas

La popular y exitosa serie CSI: En la escena del crimen, que llegó a las pequeñas pantallas de Estados Unidos en 2000, se centra en el trabajo de un equipo de investigadores forenses que busca resolver asesinatos. Precisamente a ella se debe el término efecto CSI, con el que se describe la repercusión de este tipo de programas televisivos en el público general, incluidos los delincuentes, la policía y los posibles estudiantes de medicina forense. «Durante muchos años se presumió que existen ciertos vínculos en este sentido, aunque los estudios que lo confirmaban no eran apropiados», señala Andreas Baranowski, uno de los autores del estudio. El equipo ha empleado diferentes métodos de investigación para averiguar la existencia del efecto CIS.

En primer lugar, los psicólogos analizaron las estadísticas de la base de datos del FBI y de su equivalente alemán, el Bundeskriminalamt, con el fin de comparar las tasas de delitos antes y después del lanzamiento de la serie CSI. A continuación, preguntaron a 24 delincuentes condenados su opinión respecto a este tipo de programas televisivos y si pensaban que su contenido podía ayudarlos a eludir una prosecuención penal. En tercer lugar, los experimentadores solicitaron a fieles espectadores de la serie a que participaran en una prueba diseñada para descubrir si eran especialmente diestros en borrar las pistas tras cometer un supuesto delito. Por último, pidieron a estos mismos probandos que reprodujeran en una casa de muñecas los pasos que seguirían tras cometer un asesinato ficticio.

Sin efecto de aprendizaje

Los investigadores no encontraron ninguna relación entre ver series de crimen televisivas y la capacidad de evitar ser descubierto después de delinquir. Aun así, su investigación reveló otros hallazgos. Según constataron, los probandos masculinos se desempeñaban mejor que las mujeres en la tarea de ocultar las pruebas de un asesinato ficticio; y los más jóvenes, mejor que los de más edad. Asimismo, los sujetos con mayor formación educativa obtuvieron mejores resultados que los participantes menos instruidos. También los probandos con profesiones técnicas, principalmente hombres, mostraban cierta ventaja cuando se trataba de ocultar las huellas de un crímen.

Baranowski señala que en épocas pasadas ya se había propuesto la existencia de un fenómeno psicológico similar al efecto CSI, por ejemplo, en relación con series de televisión basadas en los relatos de Sherlock Holmes. Algunas personas advertían que la información que aportaban podía caer en manos equivocadas. «Cada vez que aparece algo nuevo surge el miedo de que comporte algún riesgo, por lo que se exige prohibirlo», explica. El reciente estudio acalla esas sospechas. «Ahora podemos disipar algunos de los mitos que han estado circulando a través de los medios de comunicación y otras publicaciones durante los últimos veinte años, porque podemos afirmar con relativa certeza que las personas que miran CSI no son más diestras que otras personas a la hora de ocultar las pistas», concluye Baranowski.

Fuente: Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia

Referencia: «The CIS- education effect: Do potential criminals benefit from forensic TV series?». Haiko Hecht et al, en International Journal of Law, Crime and Justice, publicado en prensa; publicado en línea  en octubre de 2017.