Inicio Intelectualidad ¿Qué comían unos antiguos reptiles alados?

¿Qué comían unos antiguos reptiles alados?

El desgaste de los dientes fósiles de Dimorphodon macronyx indica que seguramente se alimentaba de insectos y pequeños vertebrados terrestres [Mark P. Witton].

Los arañazos microscópicos de los dientes fósiles están obligando a los paleontólogos a reconsiderar algunas ideas, que estaban bastante asentadas, acerca de la alimentación de los pterosaurios (unos reptiles voladores coetáneos de los dinosaurios).

Desde los primeros fósiles de pterosaurio que se hallaron, en el siglo XVIII, se han venido haciendo suposiciones relativas a sus hábitos alimentarios, basándose sobre todo en pistas indirectas, como la forma de sus dientes y los lugares donde vivían. Pero Jordan Bestwick, paleontólogo de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido, y sus colaboradores han buscado pruebas más directas: han realizado el primer examen en dientes fosilizados de pterosaurio de las minúsculas abrasiones que causa la comida. Los arañazos y muescas microscópicos crean unas texturas superficiales características que varían según el tipo de alimentación del animal, dice Bestwick.

Los hallazgos preliminares ofrecen nuevos indicios acerca de los hábitos alimentarios de algunas especies, y confirman teorías relativas a los de otras. Los resultados, que formarán parte de la tesis doctoral de Bestwick, fueron presentados en la reunión anual de la Asociación Paleontológica, celebrada en Londres el 18 de diciembre.

Los análisis incluyen una sorpresa sobre el pterosaurio Dimorphodon macronyx. Se creía que capturaba peces. El desgaste de los dientes de ese reptil da a entender ahora que en realidad se nutría de insectos y vertebrados terrestres.

Descubrimientos dentales

Aunque los pterosaurios existieron durante 150 millones de años, sus fósiles completos son bastante raros y solo se han recuperado los contenidos del aparato digestivo para cuatro especies nada más. Quiere decir que la mayoría de las hipótesis sobre la alimentación de estos animales han sido «poco más que cábalas basadas en pruebas muy escasas», mantiene Bestwick.

Hasta ahora, ha examinado con sus colaboradores once especies de pterosaurios; para ello han estudiado los especímenes dentales guardados en diversas instituciones, como el Museo de Historia Natural de Londres y el Museo de Historia Natural de Berlín.

Han utilizado un dispositivo conocido como microscopio de foco infinito para crear imágenes tridimensionales del desgaste de los dientes, y se han valido de métodos estadísticos para comparar los patrones en los dientes de los pterosaurios con los que exhiben los dientes de especies vivas de murciélagos, lagartos y cocodrilos de las que se sabe que comen insectos o peces y otros vertebrados. «Utilizamos esto como base de datos sustitutiva para extrapolar el microdesgaste de los organismos extinguidos», dice Bestwick.

El análisis del pterosaurio Rhamphorhynchus, descubierto en Alemania en 1825, revela unos patrones de desgaste estadísticamente similares a los que se ven en unos parientes modernos de los cocodrilos, los gaviales; parece, pues, que Rhamphorhynchus también comía peces. Respalda una hipótesis, sostenida desde hace mucho, sobre la alimentación de aquel antiguo reptil, afirma Bestwick. Los patrones de desgaste en los dientes de Pterodactylus, el primer pterosaurio que se describió, en 1784, lleva a pensar que fue omnívoro, tal y como, añade, han conjeturado algunos expertos.

Stephen Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo, sostiene que el estudio es uno de los primeros intentos de valerse de un método estadístico riguroso para determinar qué comían aquellos reptiles voladores. «Es un gran ejemplo de cómo una combinación de las técnicas más avanzadas y unas comparaciones meticulosas con especies modernas nos ayudan a entender el comportamiento de animales extinguidos hace mucho», explica.

Steven Vidovic, paleontólogo de vertebrados de la Universidad de Portsmouth, en el Reino Unido, dice que los fósiles completos de pterosaurios son tan raros porque sus huesos ligeros y huecos eran bastante frágiles y de improbable fosilización. La carencia de pruebas directas de cómo era su alimentación ha conducido con frecuencia a suposiciones acerca de lo que comían basadas en los entornos donde vivían, dice. Por ejemplo, los restos de pterosaurios se encuentran a menudo en entornos costeros, así que se supuso que muchas especies comían peces, afirma.

Un cambio de opinión

De Dimorphodon se creía antes que era piscívoro porque la forma de su cabeza era comparable a la de los modernos frailecillos, que comen peces, dice Bestwick. Su capacidad de vuelo se ha modelizado solo en la década pasada; algunos llegaron a la conclusión de que no volaba muy bien y, por lo tanto, no podría haber sido un eficaz capturador de peces, explica. Los patrones de desgaste en los dientes de los cuatro fósiles de Dimorphodon macronyx examinados hasta ahora concuerdan con los predichos por Bestwick para cuando lo que se comía eran los insectos y vertebrados terrestres que compartían entorno con aquel antiguo reptil a principios de período jurásico, hará unos 190 millones de años.

Estudios más recientes de la anatomía de los pterosaurios indican también que algunas especies perseguían a sus presas en tierra y comían insectos, dice Bestwick. «Si bien hay buenas razones para pensar que esas formas de vida eran probables, no hay forma de contrastar por separado las hipótesis».

Según Vidovic, el último análisis permitirá a los paleontólogos contrastar las teorías sobre la alimentación de los pterosaurios. «Este nuevo método presenta una verdadera oportunidad de observar la dureza y abrasividad de lo que los pterosaurios comían, y poner a prueba hipotésis ecológicas», asegura.

John Pickrell/Nature News

Artículo traducido y adaptado con permiso de Nature Research Group.