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Refuerzos para la búsqueda de civilizaciones extraterrestres

Si E.T. llamase, seguramente los primeros en saberlo serían 27 discos cóncavos en el desierto de Nuevo México. Se hicieron famosos como el lugar del primer contacto en la novela de Carl Sagan llamada precisamente Contacto, pero es ahora cuando la Red Muy Grande (VLA) que forman puede convertirse en uno de los núcleos principales de la búsqueda de inteligencias extraterrestres (o SETI, su acrónimo en inglés).

En la reunión anual de la Asociación para el Avance de la Ciencia (AAAS), el Observatorio Nacional de Radioastronomía de Estados Unidos (NRAO) y el Instituto SETI han anunciado que colaborarán a gran escala (al mismo tiempo anunciaban que se va a publicar el segundo conjunto de datos de la Breakthrough Listen Initiative).

Para empezar, un nuevo sistema rastreará los datos recogidos por el VLA de modo automático en busca de señales artificiales. Esta función de búsqueda de extraterrestres lleva el nombre de COSMIC (acrónimo en inglés de Cúmulo Interferométrico Multimodal de Fuente Abierta Comensal) y se alimenta de datos procedentes del gran telescopio por ethernet. De esta forma no se le roba a nadie el preciado tiempo de observación: simplemente, COSMIC actúa cuando los científicos usan la VLA con otros fines científicos. Así, los investigadores pueden reunir datos como nunca: un hito para la SETI, que, habida cuenta de la multiplicidad de estrellas y frecuencias donde buscar ha padecido una escasez crónica de datos.

Y la VLA solo va a ser el principio: en el marco de la cooperación proyectada, el NRAO prestará más radiotelescopios para la búsqueda de extraterrestres. En el diseño de los próximos grandes instrumentos se va a contar desde el principio con expertos en SETI: así, el sucesor de la VLA, la Red Muy Grande de la Siguiente Generación (ngVLA), estará expresamente optimizado para la busca de comunicaciones interestelares. Pero para ello primero ha de ir el proyecto más allá de la mera fase de planificación; por ahora, la financiación del telescopio es dudosa.

Mientras, los científicos tienen bastante con sacar partido a los medios de que disponen ya. El nuevo paquete de Breakthrough Listen abarca 2000 terabytes de datos, pero, según calcula Andrew Simons, del Instituto SETI, solo un 20 por ciento ha sido evaluado en publicaciones científicas. Entre los nuevos datos se hallan las observaciones del centro galáctico y los radiodatos de las estrellas en cuyo ángulo de visión se encuentra la Tierra de forma que desde ellas se podría descubrirla por su paso (tránsito) ante el Sol. También fue muy seguido el cometa 21/Borisov.

Casi al mismo tiempo, el Telescopio Esférico de Cinco Metros de Apertura (FAST), en China, la mayor antena parabólica de radio del mundo en estos momentos, ofrecía sus primeros datos SETI (ahí está ya a toda marcha el uso simultáneo, «comensalista», de datos que se tiene pensado para la VLA).

Hasta ahora, no se ha detectado un mensaje extraterrestre. La inexistencia de hallazgos no hace mella en el entusiasmo. Es verdad que tanto COSMIC como Breakthrough Listen están costeados por inversores privados: la NASA no ha dedicado dinero desde hace más de veinte años a la SETI, pero tras la larga calma parece que las posibilidades tecnológicas sin precedentes reavivan el interés por la busca de extraterrestres. No solo conocemos hoy 4000 planetas alrededor de otras estrellas, sino que ya hay espectrógrafos de alta resolución que buscan señales de vida en sus atmósferas mientras pasan ante sus estrellas, como la presencia de oxígeno y hasta la de gases de emisiones industriales. Un tránsito de esos podría hacer visibles incluso densos anillos de satélites y desechos espaciales que girasen alrededor de los planetas, en caso de que los extraterrestres llenen de basura sus cielos como nosotros.

Lara Hartung

Referencia: , «First SETI Observations with China’s Five-hundred-meter Aperture Spherical radio Telescope (FAST)», de Zhi-Song Zhang et al., en arXiv: 2002.02130 [astro-ph.IM].