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Una enigmática nebulosa revela su secreto

Una rara nebulosa anular que había desconcertado a los expertos durante 16 años ha resultado tener un origen relativamente mundano: el violento final de una pareja de estrellas. El anillo, con una estrella en su centro y de color azulado en las imágenes, es en realidad una nube de gas con forma de cono que avanza en dirección a la Tierra. Esa geometría explicaría por qué, visto desde nuestro planeta, el objeto da la impresión de tener un aspecto anular. Según un trabajo publicado en Nature y liderado por Keri Hoadley, astrofísica del Instituto de Tecnología de California, la nebulosa se habría originado durante la colisión y posterior fusión de una estrella similar al Sol y otra mucho menor cuando la primera se hallaba al final de su vida.

Tras el choque, los astros expulsaron una nube de material cuya expansión se vio cortada en el plano ecuatorial por un disco de polvo, lo que dio lugar a la formación de dos estructuras con forma de cono. En la región donde el gas se encuentra con el medio interestelar, se crea una onda de choque que calienta el gas. Eso provoca que el hidrógeno molecular de la nube brille en el ultravioleta, una longitud de onda que en las fotografías astronómicas suele mostrarse en color azul.

Las pistas que han conducido a esta interpretación proceden en parte de la estrella central de la nebulosa, conocida como TYC 2597-735-1. Esta exhibe algunas propiedades que no parecen concordar bien con su supuesta edad. Por ejemplo, su espectro corresponde al de una estrella antigua, pero parece ser menos densa de lo que cabría esperar para un astro en esa etapa de su vida. También presenta signos de estar rodeada por un disco de polvo y una actividad inusual. Según los investigadores, todo ello puede explicarse por el hecho de que, en el pasado, la estrella estuvo acompañada por otra menor con la que acabó fusionándose.

A medida que la estrella de mayor tamaño envejecía, se fue expandiendo y depositando material sobre su compañera, lo que a la postre provocó la formación de un disco de polvo. En la fase final de la colisión, ese disco impidió que las estrellas expulsaran polvo y gas a lo largo del plano ecuatorial, por lo que la nube de gas lanzada por el impacto salió despedida en forma de dos conos opuestos a lo largo del eje de rotación.

La estrella y el anillo, solo visible en el ultravioleta, aparecieron en 2004 en las imágenes del Explorador de Evolución Galáctica (GALEX), un satélite de la NASA que permaneció activo hasta 2012. El objeto había intrigado a los astrónomos, ya que hasta entonces nadie había observado una nebulosa de tales características. Sin embargo, su origen no ha resultado deberse a ningún proceso inusual, sino más bien todo lo contrario: la gran mayoría de las estrellas forman parte de sistemas binarios, triples o incluso mayores, por lo que tales fusiones estelares son comunes en el cosmos.

Con todo, la fase de anillo azul será breve: según los investigadores, solo será visible durante algunos miles de años. Además, el fenómeno solo presenta ese aspecto si se observa desde la dirección adecuada. En caso contrario, el polvo y el gas del disco cubrirían la estrella, por lo que la nube expulsada a lo largo del eje de rotación no se vería con forma de anillo.

Lars Fischer

Referencia: «A blue ring nebula from a stellar merger several thousand years ago»; Keri Hoadley et al. en Nature, vol. 587, págs. 387-391, 18 de noviembre de 2020.