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Una gran tormenta de polvo en Marte contra el róver de la NASA

Una postal de días mejores: el róver Opportunity mira hacia el cráter Endeavour de Marte en 2012 [NASA/JPL-Caltech/Cornell/Arizona State University].

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Planetas Planetas Jul/Sep 2008 Nº 53

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Una enorme tormenta de polvo ha estado sacudiendo buena parte de la extensión de Marte. Ha bloqueado la luz del Sol, que el róver (el vehículo explorador) Opportunity, que ya tienen quince años de antigüedad, necesita para sobrevivir.

Los controladores de la misión no han sabido nada de la Opportunity, a la que alimenta la energía solar, desde el 10 de junio. Creen que está en el modo de baja potencia en el que todo, salvo el reloj, está apagado. «El róver se ha quedado dormido y espera a que pase la tormenta», dice John Callas, director de Proyecto del Opportunity en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, en Pasadena, California.

Si el nivel de potencia y la temperatura del vehículo no caen demasiado, y las predicciones dicen que no lo harán, Opportunity podrá despertarse por sí solo cuando el polvo se despeje. Puede que antes pasen semanas.

«Es como tener un ser querido en coma en el hospital y que las doctoras te digan que lo único que se puede hacer es darle tiempo, que ya se despertará», decía hace unos días Callas. «Pero si es tu abuela, que tiene 97 años, vas a estar muy preocupado, y nosotros lo estamos. De ninguna de las maneras estamos fuera de peligro».

Un episodio extremo

El 30 de mayo, la nave orbital Reconocimiento de Marte, de la NASA, divisó la tormenta a unos mil kilómetros de distancia del lugar donde aterrizó Opportunity, justo al sur del ecuador marciano. La tormenta se dirigió enseguida hacia el róver. En unos días, Opportunity estaba recibiendo una luz solar muy mermada: la opacidad atmosférica ‒una forma de medir cuánto polvo hay en el aire‒ había aumentado mucho. La producción de energía del róver se había quedado en la mitad en el curso de dos días, y luego volvió a quedarse en la mitad en un solo día, explicó el 13 de junio Callas en una rueda de prensa.

En su última transmisión, Opportunity informó de que el nivel de opacidad atmosférica era el doble de lo que se hubiese medido jamás en Marte. Y entonces el róver se quedó en silencio.

La tormenta de polvo cubría para ese día al menos un cuarto del planeta y era probable que se tragase casi todo el planeta en los días siguientes, decía Richard Zurek, científico jefe de la oficina del programa de Marte del Laboratorio de Propulsión a Chorro. Iba a ser la primera tormenta de polvo global en Marte desde 2007, que Opportunity capeó.

Un factor que ayuda al róver es que el verano marciano empezará pronto donde aterrizó. Significa que los días irán siendo más largos y cálidos. Y la propia tormenta de polvo también hace que suba la temperatura.

Opportunity fue diseñado para que soportase temperaturas de hasta menos 55 grados. La temperatura más fría predicha para el futuro inmediato es de menos 36 grados. «Deberíamos poder salir vivos de esta tormenta», dice Callas.

La duración de la tormenta dependerá de cuánto se extienda y de a qué altura llegue el polvo marciano, como de talco, dice Zurek. Una tormenta de polvo típica se disiparía en unas semanas; las más largas persisten meses.

El róver Curiosity, de la NASA también, que aterrizó en 2012 a 2200 kilómetros de Opportunity, está alimentada por energía nuclear y no lo afecta el polvo. Se espera que la tormenta se abata antes de que en noviembre llegue la próxima misión de la NASA, la nave de aterrizaje InSight. Pero siempre hay la posibilidad de que se produzca una segunda tormenta global antes de ese momento, según Zurek. Se cree que InSight podría sobrevivirá un aterrizaje en esas condiciones.

Un problema planetario

Que haya años con tormentas globales y años sin ellas es un misterio marciano persistente, dice Zurek. En la Tierra, las tormentas de polvo se ceban con regiones como el sudoeste de Estados Unidos u Oriente Medio, pero ahí se quedan. En Marte, esas tormentas crecen rápidamente hasta alcanzar escalas mucho mayores, sobre todo cuando el planeta llega al punto de su órbita más cercana al Sol y hay más radiación solar para calentar las partículas del polvo y hacerlas subir. Marte está entrando en estos momentos en la temporada de las tormentas de polvo, que de ordinario ocurre en el otoño e invierno del hemisferio norte y en la primavera y verano del hemisferio sur.

En estos momentos es un poco pronto para una tormenta que englobe el planeta, dice Huiqun Wang, física investigadora del Centro Smithsoniano de Harvard de Astrofísica, en Cambridge, Massachusetts. Los experimentos de modelización atmosférica de su equipo indican que una tormenta de polvo regional que dure al menos diez días podría crear las condiciones atmosféricas que le permitirían llegar a ser global. La mayoría no cruza nunca ese umbral.

Algunos investigadores habían predicho que podría haber una tormenta de polvo global en Marte durante la presente temporada de tormentas. Uno de ellos es James Shirley, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Chorro, que ha propuesto que los movimientos orbitales de Marte pueden acelerar sus vientos atmosféricos, con lo que las tormentas globales serían más probables en ciertos momentos, como ahora mismo. (Pero Shirley, que ha publicado una serie de artículos sobre esta idea desde 2015, señala que predijo también una tormenta de polvo global en el pasado año marciano, y no la hubo).

Una flotilla de naves de la NASA desplegadas en Marte están midiendo la tormenta en marcha con mayor detalle que nunca. «Es una oportunidad sin precedentes  para saber más sobre Marte», según Jim Watzin que dirige el programa de exploración marciana en la sede de la NASA en Washington DC.

Maratón marciano

Opportunity y su gemelo, el róver Spirit, fueron lanzados en 2003 y llegaron a Marte en enero de 2004. Ambos fueron diseñados para durar 90 días marcianos, unas trece semanas terrestres. Spirit aterrizó en el cráter Gusev, al otro lado del planeta con respecto a donde aterrizó Opportunity, y recorrió ocho kilómetros antes de quedarse atascado en un montón de arena a finales de 2009. Opportunity aterrizó en una región llamada Meridiani Planum y, en 2011, llegó a un cráter de 22 kilómetros de ancho, el cráter Endeavour. Ahora se encuentra en el valle de la Perseverancia, en el borde occidental del Endeavour.

En sus más de 5000 días marcianos en la superficie, Opportunity ha recorrido 45,16 kilómetros, un récord para los vehículos extraterrestres. En su legado científico está el descubrimiento de que en Marte hubo aguas no ácidas, buenas para la vida, hace unos 4000 millones de años.

Alexandra Witz / Nature.news

Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Nature Research Group.

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