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Una infección por coronavirus evita otra posterior, pero solo si se trata de una variante similar

Según un estudio reciente, la inmunidad natural inducida por la infección del SARS-CoV-2 protege contra una posible reinfección con una variante anterior a ómicron. Esta protección, que dura 16 meses o más, va menguando con el tiempo. Pero la inmunidad desencadenada por una infección previa también detiene el desarrollo de los síntomas graves de la COVID-19, y esta salvaguarda no muestra signos de desaparecer.

El estudio, que se ha centrado en la población de Catar, plantea que, aunque sigan apareciendo olas de COVID-19, estas no saturarán los hospitales con personas infectadas. La investigación se publicó en el servidor de preimpresión medRxiv el 7 de julio y todavía no ha sido revisada por pares.

Según Shane Crotty, inmunólogo del Instituto de Inmunología de La Jolla, en California, «el estudio es sólido. Los datos tienen sentido y son coherentes con las conclusiones de muchos otros estudios e investigaciones realizados por este mismo grupo».

Mejor tarde que nunca

Pero los científicos también advierten de que estos resultados no significan que las personas infectadas puedan dejar de vacunarse. Según otro estudio de los mismos autores, «está muy claro que las personas que tienen inmunidad natural e inmunidad inducida por las vacunas gozan de una mayor protección contra el virus que las personas que solo han desarrollado una de esas inmunidades», señala Laith Abu-Raddad, epidemiólogo especializado en enfermedades infecciosas del Centro Médico Weill Cornell de Catar, en Doha, y coautor de ambos estudios.

Otros estudios sobre la efectividad de las vacunas contra la COVID-19 muestran que la protección decrece con el paso del tiempo, especialmente después de los seis meses. Para estudiar el curso de la inmunidad adquirida de forma natural, los autores analizaron los datos sobre COVID-19 recogidos en Catar entre el 28 de febrero de 2020 y el 5 de junio de 2022. «Nuestro estudio es el primero que se basa en un lapso de tiempo tan largo», comenta el coautor Hiam Chemaitelly, epidemiólogo del mismo centro.

En la investigación se compararon pacientes no vacunados contagiados previamente con COVID-19 con personas no vacunadas que nunca se contagiaron con el virus. La conclusión fue que la infección con una variante anterior a ómicron prevenía contra la reinfección con otra variante también anterior a ómicron con una eficacia media del 85,5 por ciento durante el período que iba del cuarto al decimosexto mes después de la infección inicial.

La eficacia contra una posible reinfección alcanzó un pico de 90,5 por ciento en el séptimo mes después de la primera infección y cayó hasta el 70 por ciento en el decimosexto mes (véase el gráfico). Según los autores, si extrapolamos esta tendencia, esa cifra caerá hasta el 10 por ciento pasados 32 meses del primer contagio.

En cambio, la eficacia a la hora de prevenir una nueva infección con ómicron era de tan solo del 38 por ciento. Los modelos indican que el número caerá hasta el 10 por ciento pasados 15 meses.

En cualquier caso, si una persona se contagia con cualquier variante de SARS-CoV-2, es muy posible que, si el virus le infecta una segunda vez, la COVID-19 no sea grave, crítica o mortal: este tipo de protección fue de alrededor del 100 por cien durante los primeros 14 meses y no mostró signos de disminución.

Jóvenes y ancianos por igual

Los autores del estudio advierten de que la mayoría de la población catarí es joven, por lo que sus hallazgos no se deberían aplicar a poblaciones cuya edad media sea más alta. Pero, cuando restringieron su análisis a personas de más de 50 años, los niveles de protección resultaron ser similares.

Esa no fue la única advertencia. Según las proyecciones del estudio, la respuesta inmunitaria cambia a un ritmo específico, cuando, de hecho, ese ritmo depende del tiempo que ha pasado desde que una persona se ha contagiado con el virus, señala Crotty. Por lo tanto, no se pueden extrapolar predicciones adecuadas a partir de las respuestas inmunitarias medidas en un momento determinado.

A pesar de esas extrapolaciones, los datos indican que la inmunidad adquirida de forma natural es bastante resistente, algo con lo que no todo el mundo está de acuerdo.

«En Estado Unidos, estábamos infravalorando la protección inmunitaria proporcionada por la infección previa», confiesa Jeffrey Morris, científico especializado en biomedicina de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia. Añade que el estudio del equipo de Catar demuestra el potencial de la inmunidad natural.

McKenzie Prillaman/Nature News

Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con el permiso de Nature Research Group.

Referencia: «Duration of immune protection of SARS-CoV-2 natural infection against reinfection in Qatar». Hiam Chemaitelly et al. en el archivo de preimpresión medRxiv, 22277306, 6 de julio de 2022.

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