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Una nova excepcionalmente brillante

  • Noticias
  • 25/10/2017

Astrofísica

Cuando las viejas enanas blancas se reencienden, brillan con intensidad en el firmamento. SMNC 2016-10a ha batido un récord.

Monthly Notices of the Astronomical Royal Society

Representación artística de una nova (arriba a la izquierda, recibiendo el gas de su estrella compañera) [S. Wiessinger, NASA’s GODDARD SPACE FLIGHT CENTER].

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Si queremos observar una nova, hay que estar ojo avizor: esos brotes de brillo de las viejas enanas blancas se van tan deprisa casi como vienen, y empiezan súbitamente, sin avisar. Kim Page, de la Universidad de Leicester, y sus colaboradores han tenido la suerte, sin embargo, de observar un suceso especial y haber podido describirlo con mucho detalle en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society: el brote de SMCN 2016-10a, que podría haber marcado un récord. Esa enana blanca alumbró durante un breve tiempo con un brillo 185 veces mayor que el del Sol. Parece encontrarse en la Pequeña Nube de Magallanes, una galaxia enana a unos 280.000 años luz de distancia y que es satélite de nuestra galaxia; sería la enana más brillante jamás observada en la Pequeña Nube y en general una de las más brillantes jamás vistas. SMCN 2016-10a forma parte de un sistema estelar doble: la enana blanca y una estrella, de un tamaño parecido al del Sol, que pierde una parte de su masa, que va a parar a la enana. La acumulación de materia en esta la conduce hacia un umbral crítico, traspasado el cual se produce una reacción de fusión descontrolada, que causa un aumento súbito y violento del brillo.

Para observar la nova, Page y sus colaboradores utilizaron toda una serie de telescopios repartidos sobre el hemisferio austral, así como el telescopio espacial de rayos X Swift. La flexibilidad en la planificación y rápidez de reacción de Swift permitieron que la astrónoma pudiese captar la erupción magníficamente. Swift empezó a tomar datos en ultravioletas y rayos X bastante pronto. Se pudo calcular la masa de la enana blanca, y el resultado no augura una larga vida a SMCN 2016-10a. Durante el suceso, perdió la mayor parte de la materia de su compañera que había ido acumulando, pero el resto, no obstante, seguía haciéndola más pesada. Cuando estos cuerpos sobrepasan una determinada masa, sufren un colapso que las convierte en supernovas: una explosión que aniquila el astro. Según los datos, SMCN 2016-10a podría estar cerca, a escala cósmica, de encontrarse en ese caso.

Es dudoso que esta enana blanca marque cuando llegue ese momento un nuevo récord. La supernova ASASSN-15lh, registrada en 2015, brilló con una intensidad 20 veces mayor que la de todas las estrellas de la Vía Láctea juntas, es decir, 570 millones de veces mayor que la del Sol. Por otra parte, los astrónomos no se ponen de acuerdo sobre si fue realmente una supernova, para empezar: es posible que se tratase del desgarro de una estrella por un agujero negro.

Daniel Lingenhöhl/spektrum.de

Artículo traducido y adaptado por Investigación y Ciencia con permiso de Spektrum der Wissenschaft.

Referencia: «Multiwavelength observations of nova SMCN 2016-10a ‒ one of the brightest novae ever observed», de E. Aydi et al. en Monthly Notices of the Royal Academy of Astronomy, publicación anticipada en Internet el 14 de octubre de 2017; se puede leerlo en arXiv:1710.03716 [astro-ph.SR].