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Antigua y Barbuda debate si corta lazos con la monarquía británica luego de 400 años

La imagen de la difunta reina Isabel II está plasmada en todos los billetes de Antigua y Barbuda. En la imagen, un hombre la utiliza para comprar fruta en un mercado en la capital, Saint John.

Saint John. Los movimientos republicanos puede que cobren fuerza en algunos territorios británicos en el mundo, pero en el pequeño paraíso caribeño de Antigua y Barbuda, los residentes tienen sentimientos encontrados sobre la ruptura final del vínculo con sus antiguos colonizadores.

Tras la muerte de la reina Isabel II, Antigua y Barbuda se convirtió en el primero de los 14 estados de la Mancomunidad de Naciones, ahora bajo la égida del rey Carlos III, en plantear abiertamente la idea de reemplazar al monarca británico como jefe de Estado.

Hacerlo no sería “un acto de hostilidad” sino “el paso final para completar la independencia”, dijo el primer ministro antiguano, Gaston Browne, a la emisora británica ITV News, quien señaló que espera celebrar un referendo sobre el tema en los próximos tres años.

Si la población quiere dar ese paso es una pregunta abierta, admitió el jefe de gabinete de Browne, Lionel Hurst, durante una entrevista en la oficina del primer ministro, con vistas a la capital portuaria Saint John, en la isla principal del país, Antigua.

«Todavía no estamos seguros», dijo el viernes.

Si Browne gana las próximas elecciones generales, que deben celebrarse antes del 2023, los años previos a un eventual referendo se gastarían en “vender la idea” a los habitantes de Antigua y Barbuda.

En la concurrida calle Market Street de Saint John, la mayoría de los residentes estuvieron de acuerdo en que haría falta convencer a la gente.

“Creo que deberíamos quedarnos con la Corona. Este país no puede arreglárselas solo”, dijo a la AFP Leonie Barker, de 53 años, después de comprar víveres antes de que la tormenta tropical Fiona pasara por la isla el viernes por la noche.

Otros dijeron que era demasiado pronto para tomar partido.

Para Peter Thomas, de 58 años, se necesita educación y compromiso con la idea. «Creo que hemos llegado a una etapa en la vida (donde) nos gustaría estar solos, pero ¿estamos listos?», se preguntó.

El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, firmó un libro de condolencias en Lancaster House, en Londres, este 17 de setiembre, como parte de las muestras de respeto de los líderes mundiales ante el fallecimiento de la reina Isabel II.

El diseñador de moda y cantante Kelly Richardson también dijo que los isleños necesitaban más información y agregó que no creía que fuera «una mala idea».

“Estoy abierto a los cambios”, declaró a la AFP.

Para otros, hay potencial para ambos lados.

Antigua y Barbuda ha avanzado mucho desde su independencia en 1981, argumentó el camarógrafo local J.C. Cornelius, así que si se trata de dejar de tener un monarca como jefe de Estado, «¿por qué no?»

Pero “la unidad y el amor son realmente la clave”, entonces ¿por qué no seguir con el rey?”, agregó, señalando que el asunto requiere una “diligente” consideración.

‘Menos que independencia’

El esperado referéndum de Browne se produciría casi 400 años después de que los británicos colonizaran Antigua por primera vez en 1632, seguida de la vecina Barbuda en 1678.

Los colonos comenzaron a cultivar azúcar en las islas, pero dado que los indígenas caribeños morían por miles en toda la región, importaron esclavos africanos para atender las rentables cosechas.

La emancipación finalmente llegó en 1833, y muchas de las 97.000 personas de Antigua y Barbuda en la actualidad son descendientes de esclavos.

En el salón del parlamento de Antigua y Barbuda, el retrato oficial de la reina Isabel II se cubrió con un tejido negro.

El país, cuya economía ahora depende en gran medida del turismo, ha sido una nación independiente desde hace más de cuatro décadas, pero es una independencia a medias, argumenta Hurst, el portavoz del gobierno.

“La monarquía está en Inglaterra, no nos engañemos”, dijo a la AFP. “Es un poco menos que independencia cuando el jefe de Estado está determinado por una institución que se encuentra a unos 10.000 kilómetros de distancia”.

Sin embargo, cualquier control que ejerza el Reino Unido es principalmente de procedimiento, dijo, y romper con eso es «simbólico».

«En gran parte tendrá un impacto psicológico en la población de Antigua y Barbuda, ese es su propósito principal», dijo.

Pero también está en duda si a los jóvenes les afectan las heridas del pasado.

La mayor preocupación de la Generación Z es el desarrollo de la nación, dijo a la AFP el estudiante de 19 años Kemani Sinclair, señalando los coloridos edificios alrededor del centro de Saint John, algunos de los cuales se han deteriorado.

El proceso de celebrar un referendo sobre la destitución de la monarquía británica sería una costosa pérdida de dinero que podría gastarse en otra parte, argumentó.

“Realmente creo que Antigua y Barbuda no debería convertirse en una república. Simplemente no está lista”, opinó Sinclair.