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Boris Johnson, obligado a hacer equilibrios entre su visión política y la ley

LONDRES, 10 Sep. (Reuters/EP) –

El abanico de opciones que tiene el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, en el marco del proceso de ruptura con la Unión Europea se ha ido estrechando en los últimos días hasta el punto de que hay ya una ley que choca con la firmeza política prometida por el actual inquilino de Downing Street.

El Parlamento aprobó la semana pasada un texto que obliga a Johnson a solicitar una prórroga del Brexit hasta el 31 de enero para evitar un divorcio sin acuerdo el 31 de octubre. Solo evitaría dicho aplazamiento logrando la ratificación de un acuerdo antes del 19 de octubre o un permiso expreso del Parlamento para la salida abrupta de la UE.

Johnson ya ha dejado claro que preferiría estar «muerto en una cuneta» antes de pedir una nueva prórroga –sería ya la tercera– y con el Parlamento paralizado hasta el 14 de octubre el margen se estrecha para plantear posibles alternativas a la línea que pueda seguir el Gobierno.

CONSEGUIR UN NUEVO ACUERDO

El ‘premier’ británico considera que aún hay opciones de negociar un nuevo acuerdo con la Unión Europea, para lo cual ha planteado entre sus requisitos la retirada del plan de emergencia planteado para evitar una frontera dura en la frontera irlandesa, conocido como ‘backstop’ en la jerga comunitaria.

Los gobiernos europeos ya han dejado claro que no reabrirán el Acuerdo de Retirada negociado por el Gobierno de Theresa May ni eliminarán la salvaguarda para la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, que en cualquier caso no se aplicaría si antes de que concluya la fase de transición hay un acuerdo específico para esta zona.

El acuerdo, en cualquier caso, requeriría la ratificación del Parlamento británico, que ya tumbó en tres ocasiones el plan negociado por May por considerarlo contrario a los intereses de Reino Unido.

IGNORAR LA LEY

Los miembros del Gobierno británico han avanzado que cumplirán la ley que prohíbe un Brexit sin acuerdo, pero al mismo tiempo han dejado caer que «tantearán los límites» de dicho texto, lo que abriría la puerta a que el Ejecutivo se saque algún as de la manga para tratar de evitar la prórroga.

Dado que Johnson ha insistido en varias ocasiones en que no pedirá dicho aplazamiento, la oposición teme que el primer ministro deje pasar el tiempo sin enviar la carta a la UE, lo que abriría una batalla judicial sin precedentes, a contrarreloj y de resultado incierto.

ENVIAR DOS CARTAS

La ley promulgada el lunes por la reina Isabel II especifica el texto exacto de la carta que Johnson debe enviar a Bruselas, pero no descarta la posibilidad de que haya una segunda misiva en la que el Gobierno plantee una posición diferente.

El diario ‘The Daily Telegraph’ ha apuntado que esta es una de las opciones que baraja el equipo de Johnson, si bien también esta vía daría pie a una cascada de denuncias. El exjuez Jonathan Sumption ha asegurado a la radio de la BBC que la segunda carta sería ilegal.

VETAR LA PRÓRROGA

Una vez pedida la prórroga, es necesario que los países de la Unión Europea la autoricen por unanimidad. El bloque ya ha dejado patente que quiere zanjar este tema cuanto antes y sin un nuevo retraso, pero en principio los veintisiete países restantes no tendrían por qué oponerse a una solicitud de este calado, aunque pueden añadir nuevas condiciones.

Miembros de la Cámara de los Lores han planteado la posibilidad de que sea Reino Unido quien se vete a sí mismo, pidiendo la prórroga y al mismo tiempo rechazándola como miembro de la UE. El Gobierno británico no se ha pronunciado sobre esta posibilidad, cuya viabilidad está también en duda.

DIMISIÓN DE JOHNSON

Johnson podría evitar pedir la prórroga dimitiendo antes del cargo. El Manual del Gobierno establece que si el primer ministro dimite, la reina invita a formar gabinete a la persona que cuente con más opciones de lograr el apoyo necesario, que no necesariamente tiene que ser del mismo partido.

El líder conservador podría proponer como sucesor al laborista Jeremy Corbyn, de tal forma que sea él quien solicite el aplazamiento del Brexit. El dirigente opositor ya ha planteado en alguna ocasión la posibilidad de situarse temporalmente al frente del Ejecutivo para evitar una salida sin acuerdo y convocar elecciones anticipadas.

La salida de Johnson también podría darse si Corbyn y otros líderes opositores logran sacar adelante una moción de censura inmediatamente después de que se retome el 14 de octubre la actividad parlamentaria. Si ningún candidato alternativo logra el apoyo suficiente para encabezar el Gobierno, también se convocarían elecciones.

RESUCITAR EL PLAN DE MAY

El Acuerdo de Retirada negociado por el equipo de May está en un cajón, pero podría ser sometido de nuevo a votación si se considera la opción menos mala para garantizar que Reino Unido abandone con garantías la UE el 31 de octubre. Varios diputados laboristas han dejado caer ahora que pasarían del ‘no’ al ‘sí’.

Este arriesgado plan requeriría de algún tipo de matiz al actual acuerdo, por ejemplo para modificar los términos del ‘backstop’, y ni siquiera está claro que haya tiempo ya para concluir la ratificación, en la medida en que la actividad parlamentaria se reanuda el 14 de octubre y los días posteriores estarán marcados por un Consejo Europeo y por el debate sobre las prioridades legislativas del Gobierno.