En Colombia, la Administración Distrital del sector de El Bronx, en Bogotá (capital), ha propuesto trasladar a jóvenes que frecuentaban la zona del Bronx y otros sectores deprimidos de Bogotá a fincas en Chocó y Vichada para que formen parte de procesos de rehabilitación. Esto ha generado un profundo malestar y descontento entre los habitantes del departamento del Chocó.
Según el Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron), la estrategia contempla el traslado de entre 300 y 600 niños y jóvenes a casas campestres para que, en un proceso voluntario que dura entre cuatro y seis meses, se alejen de la ciudad y se formen al margen de entornos de estupefacientes.
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No obstante, la propuesta no fue bien recibida en el Chocó, en particular en el municipio de Acandí, a donde serían trasladados los jóvenes. Lilia Córdoba Borja, alcaldesa de esa población, advirtió que no permitirá la llegada de habitantes de las calle de Bogotá e instó a la Administración bogotana de Enrique Peñalosa a que piensen en otras formas de atención que no afecten a otras comunidades.
“No estoy de acuerdo con que a los habitantes del Bronx los traigan a mi municipio. Le solicito de manera respetuosa al alcalde Peñalosa que reverse sus intenciones de trasladarnos esa problemática tan grave y de peligrosas repercusiones para nuestro territorio”, sostuvo la funcionaria, quien precisó que el Distrito en ningún momento le ha notificado de esto.
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El gobernador del Chocó, Jhoany Palacios, está de acuerdo con la alcaldeza y expresó: “Esto va a afectarnos mucho. Desde ya digo que no estoy de acuerdo con que habitantes de calle vengan a nuestro municipio. Acandí es una población turística donde el impacto sería muy negativo (…) tenemos muchas dificultades como para asumir las de otra ciudades”, manifestó el gobernante.
Pero el director general de Idipron, el Padre Wilfredo Grajales, sostiene que esta es una estrategia que ha dado buenos resultados en el pasado a finales de la década del 70. “Buscamos revivir una de las estrategias más exitosas del padre Javier De Nicoló, la cual muchos egresados manifiestan que fue fundamental para salir adelante”, quien argumentó que en el caso actual, contaría con el acompañamiento de la Fundación servicios juveniles.
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El funcionario explicó que las instalaciones donde habitarían los jóvenes se adecuarían específicamente para ellos, sin contacto con las comunidades cercanas y se mantendrían con el acompañamiento permanente por un equipo experto en temas pedagógicos de reeducación, psicosocial y de salud.
“Hasta el momento, el desplazamiento de los jóvenes a estas fincas no pasa del deseo y voluntad de hacer bien. De lograr concretarlo, aclaramos que quienes irían son muchachos en recuperación, no habitantes de calle, y que iniciaron proceso pedagógico de formación con el Idipron”, agregó el padre de Nicoló, quien señaló que para el proceso de rehabilitación ni siquiera se requerirían recursos del municipio y tampoco se afectaría a los turistas ni al ecosistema de la región.
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