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Deforestación récord en el primer semestre en la Amazonía brasileña

La deforestación en la Amazonía brasileña en el primer semestre del año batió un récord desde que comenzaron los registros en 2016, incrementando los temores sobre el futuro de la mayor selva tropical del planeta, según datos de la agencia espacial INPE.

Además, los incendios en esa región marcaron en junio un máximo para ese mes en 15 años, y aumentaron 17% en el primer semestre de este año frente a igual periodo de 2021, de acuerdo con INPE.

Entre el 1 de enero y el 24 de junio últimos, la deforestación abarc´po un área de 3.750 km2, el peor registro semestral desde 2016, inicio de la serie del Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter) basado en alertas diarias.

El bosque devastado equivale a una superficie mayor a tres veces la ciudad de Rio de Janeiro.

Enero y febrero fueron los meses más críticos este año, con 430 km2 y 199 km2 de áreas deforestadas, respectivamente. Ambas fueron cifras sin precedentes en la estación húmeda.

La marca más alta de deforestación semestral hasta el momento era la de 2021, cuando había llegado a 3.605 km2, en aumento gradual desde 2017.

En cuanto a los incendios que afectan a la Amazonía, se registraron en junio 2.562, la peor marca para ese mes en 15 años, desde los 3.519 en igual mes de 2007, según INPE.

La cifra es 11% mayor al total de junio de 2021, cuando hubo 2.305 focos.

En el primer semestre de este año se registraron en total en la Amazonía 7.533 incendios, 17% más que en el mismo periodo de 2021.

En el Cerrado, una región de sabana tropical de gran biodiversidad, al sur de la Amazonía, hubo en junio 4.239 incendios, la cifra más alta para ese mes en 12 años, cuando llegó a 6.443. Y en el semestre los focos de incendios llegaron a 10.869, 13% más que en igual lapso de 2021.

«La estación seca apenas comenzó en la Amazonía y ya se están batiendo récords de destrucción ambiental», lamentó Cristiane Mazzetti, portavoz para esa región de Greenpeace Brasil, en una nota de prensa.

Ambientalistas y opositores acusan al gobierno de Jair Bolsonaro de fomentar la devastación de tierras por sus políticas favorables al agronegocio.

«El impacto de esta negligencia política será la creciente pérdida de resiliencia en estos entornos, sin mencionar el daño a las comunidades locales y la salud. El escenario es muy preocupante», dijo en una nota Mariana Napolitano, gerenta de Ciencias de WWF Brasil.

Pese a que el uso de fuego fue prohibido por decreto presidencial del 23 de junio por 120 días en el territorio brasileño, se registraron desde entonces 1.113 incendios en la Amazonía, destacó Greenpeace.

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