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El presidente inicia un nuevo proceso de consultas para entregar el mandato para formar Gobierno en Israel

Lapid figura como favorito tras el fracaso de Netanyahu en sus esfuerzos para lograr un acuerdo

MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) –

El presidente de Israel, Reuven Rivlin, ha iniciado este miércoles el proceso de consultas para entregar el mandato para formar Gobierno a una segunda persona, después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, no haya tenido éxito en sus esfuerzos para ensamblar el nuevo Ejecutivo.

Netanyahu confirmó durante la madrugada del miércoles que, tras el fin del periodo de su mandato a medianoche, no había logrado un acuerdo que contara con el apoyo de la mayoría del Parlamento surgido de las parlamentarias de marzo, las cuartas celebradas en poco más de dos años.

Por ello, Rivlin ha dado el pistoletazo a una nueva ronda de contactos, que ha iniciado con reuniones con los líderes de Yesh Atid y Yamina, Yair Lapid y Naftali Bennett, respectivamente, al tiempo que ha pedido a los líderes del resto de partidos que le notifiquen sus nominados antes de las 14.00 horas (hora local).

El director general de la Presidencia israelí, Harel Tubi, ha enviado una nota a las formaciones en la que ha resaltado que «si son necesarias otras aclaraciones, el presidente considerará invitar a representantes de su partido para que presente su postura, en línea con el marco temporal que recoge la ley».

A pesar de que Rivlin tiene hasta el viernes para conceder nuevamente el mandato, fuentes citadas por el diario ‘The Jerusalem Post’ han apuntado a que podría hacerlo este mismo miércoles, con Lapid como principal favorito, especialmente tras recibir el apoyo de Nueva Esperanza, el partido liderado por Gideon Saar.

Por su parte, Bennett ha manifestado a su llegada a la residencia de Rivlin que «con ayuda de Dios, se formará un buen Gobierno», en medio de las informaciones sobre un posible acuerdo con el líder de Yesh Atid para formar un Ejecutivo y evitar que el país tenga que celebrar unas quintas elecciones.

Este acercamiento ha provocado que el parlamentario de Yamina Amichai Chikli haya dicho que «se opone a un Gobierno con la izquierda», en referencia a Lapid, a lo que el partido ha respondido que «respeta» su posición, si bien ha incidido en que la formación está «decidida» a formar un Ejecutivo.

«Yamina está comprometido con hacer todo lo que está en su mano para formar un Gobierno estable y funcional para evitar un deterioro hacia el caos de unas quintas elecciones, y lo hará», ha manifestado el partido derechista, según ha informado el diario israelí ‘Yedioth Ahronoth’.

Tanto Yamina como Nueva Esperanza, ambos, partidos derechistas, se han negado a formar parte de un Ejecutivo encabezado por Netanyahu. Bennett fue ministro de ‘Bibi’ hasta su cese por desavenencias y Saar fundó Nueva Esperanza tras ser derrotado por Netanyahu en unas primarias en el Likud.

El primer ministro intentó el martes un acuerdo de última hora con Yamina proponiendo a Bennett como primer ministro en un acuerdo de rotación en el que él mismo volvería posteriormente al cargo, si bien sólo con los apoyos del partido –que descartó esta vía– no contaba con los suficientes para lograr un pacto viable.

Además, el Likud trató de acelerar una legislación que permitiría una elección directa de primer ministro, sin más elecciones parlamentarias, lo que le podría permitir retener el cargo, algo que tampoco fructificó en la Knesset, nombre del Parlamento israelí.

El propio ‘Bibi’ abogó a finales de abril por una «elección directa» para elegir al próximo jefe de Gobierno. «Quiero llegar al punto en el que formemos un Gobierno derechista y la forma de hacerlo sin depender de una facción u otra son las elecciones directas», dijo, una propuesta rechazada desde la oposición.

En caso de que Rivlin entregue el mandato a un segundo político, éste tendrá 28 días para intentar formar Gobierno. Si no lo logra, el presidente podría abrir un periodo de 21 días en el que cualquier parlamentario podría intentar forjar un acuerdo que diera pie a un Ejecutivo.

Si esta última vía se completara sin éxito, el Parlamento tendría que proceder nuevamente a su disolución y a la convocatoria de nuevas elecciones. El país está sumido en la inestabilidad política desde el colapso del Ejecutivo a finales de 2018, desde cuando se han sucedido comicios sin mayorías claras o viables.