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Erdogan se consolida en Turquía con poderes ampliados tras su victoria electoral

Actualizado 25/06/2018 17:06:12 CET

Se impone en primera vuelta y contará con la mayoría en el Parlamento gracias a la alianza del AKP con el MHP

MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) –

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha logrado este domingo una amplia victoria en las elecciones presidenciales con lo que, gracias a los nuevos poderes con los que contará tras el referéndum de 2017 y el control del Parlamento por parte de su partido y sus aliados, reforzará su autoridad en el país euroasiático.

Según los resultados de la Comisión Electoral Suprema (YSK, por sus siglas en turco), Erdogan se ha hecho con el 52,59 por ciento de los votos, evitando así una segunda vuelta en la que la oposición ya había anunciado que respaldaría a aquel que fuera a enfrentarse al mandatario. Quien más opciones tenía era el candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Muharrem Ince, que ha quedado segundo con el 30,64 por ciento de las papeletas.

Ince ha reconocido este mismo lunes su derrota en unas elecciones que ha descrito como «injustas», al tiempo que ha pedido a Erdogan que «sea el presidente de todos». Así, ha criticado que «Turquía ha cortado sus lazos con los valores democráticos» y ha reiterado que el sistema presidencialista implicará «un régimen unipersonal».

Por detrás de Ince han quedado el candidato del prokurdo Selahattin Demirtas, con un 8,4 por ciento; y la conservadora Meral Aksener, con un 7,29 por ciento. Los otros dos candidatos, Temel Karamollaglu y Dogu Perincek, han recabado menos del uno por ciento de los apoyos.

La victoria de la Alianza del Pueblo –integrada por el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan y el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP)– en las parlamentarias, donde ha obtenido el 53,66 por ciento de los votos, otorga además una doble victoria al mandatario que permitirá a su formación sacar adelante su agenda política y económica.

«LA VENCEDORA HA SIDO LA DEMOCRACIA»

El propio Erdogan resaltó en su discurso ante sus seguidores tras el anuncio de los resultados que la vencedora en las elecciones ha sido «la democracia». «Los ganadores de las elecciones del 24 de junio son Turquía, la nación turca, los sufridores en nuestra región y todos los oprimidos del mundo», dijo, antes de dar las gracias a todos los que le han brindado su apoyo.

Asimismo, el presidente aseguró que las autoridades «se darán prisa a partir de mañana para cumplir las promesas que han sido realizadas a la nación», entre las que destacó una mejora de la situación económica y un aumento de la influencia internacional de Ankara.

Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han resaltado en su comunicado que los votantes tuvieron «una capacidad de elección real» en los comicios pero han destacado que el mandatario y el AKP «disfrutaron de una ventaja indebida», incluidos los medios de comunicación.

En este sentido, han argumentado que el restrictivo marco legal y los poderes bajo el estado de emergencia –que Erdogan prometió derogar si ganaba– han limitado la libertad de expresión y reunión.

El jefe de la misión de observación de la OSCE, Ignacio Sánchez Amor, ha resaltado que estas restricciones «han tenido un impacto en las elecciones» y ha expresado su deseo de que Ankara las retire «lo antes posible».

LOS NUEVOS PODERES DE ERDOGAN

Las elecciones de este domingo han supuesto el pistoletazo de salida para el sistema presidencialista en Turquía, aprobado en referéndum el año pasado en medio de las denuncias de la oposición contra los intentos de Erdogan de convertirse en nuevo ‘sultán’ del país.

Este sistema otorgará al presidente amplios poderes y eliminará la figura del primer ministro, y permitirá a Erdogan, que llegó al poder en 2003 como primer ministro, tener la posibilidad de gobernar hasta 2029, dado que la nueva Constitución no se aplicaría hasta los próximos comicios en 2019 y tendría opción a dos mandatos de cinco años.

Asimismo, tendrá autoridad para designar y destituir altos cargos sin la necesidad del visto bueno del Parlamento, además de poder promulgar decretos con fuerza de ley sobre materia social, económica y política.

La reforma permite además al presidente ser miembro o incluso líder de un partido político. Erdogan renunció en 2014 a ser miembro del AKP para acceder a la Presidencia, si bien ha seguido siendo el ‘hombre fuerte’ de la formación.

El apartado que más preocupa a la oposición y las ONG es el aumento de los poderes de la Presidencia sobre el sistema judicial, ya evidentes en los últimos años.

Erdogan podrá además designar a más integrantes del Alto Consejo de Jueces y Fiscales (HSYK, por sus siglas en turco), el órgano que regula la profesión judicial en el país y asigna los puestos, y del Tribunal Constitucional, encargado de interpretar la Carta Magna y juzgar los delitos cometidos por altos cargos.

La entrada en vigor de este sistema servirá para oficializar una creciente autoridad de un Erdogan que ha dominado la escena política turca desde su llegada a la Presidencia y ha provocado una centralización de poderes en torno suyo en los últimos años.

ECONOMÍA Y POLÍTICA EXTERIOR

Erdogan asumirá así una nueva etapa en Turquía con los principales desafíos en materia económica y social –en medio de las denuncias contra la represión de las autoridades contra las voces críticas, especialmente a raíz del intento de golpe de Estado de julio de 2016–, así como a nivel internacional, donde Ankara ha asumido un papel preponderante en la región.

La mala situación económica del país ha sido interpretada como uno de los motivos que llevaron al presidente a adelantar más de un año las elecciones ante las previsiones de un posible empeoramiento de cara a 2019, que podría haber impactado en las aspiraciones de Erdogan para obtener la reelección.

El presidente ha sostenido desde hace meses que los nuevos poderes con los que contará simplificarán el sistema de toma de decisiones y permitirán mayor agilidad a la hora de hacer frente a los problemas, por lo que ha formulado grandes promesas de avances después de estos comicios.

En materia de política exterior Erdogan ha puesto el foco en Siria e Irak, haciendo especial hincapié en la lucha contra las milicias kurdas en ambos países, un asunto que entronca con el problema kurdo en el país, donde la comunidad es mayoritaria en el sureste.

El Ejército turco ha intensificado sus operaciones contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) tanto en el país como en el norte de Irak –donde la formación cuenta con numerosas bases– desde que quedó roto el alto el fuego entre el Gobierno y el grupo armado en julio de 2015.

Asimismo, lanzó en enero la operación ‘Rama de Olivo’ para expulsar de la región siria de Afrin a las Unidades de Protección Popular (YPG) –una milicia kurda siria que forma parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), respaldadas por Estados Unidos–.

Desde entonces, el presidente turco y varios altos cargos han amenazado con ampliar su zona de operaciones en Siria e Irak para expulsar a estos grupos armados kurdos, que aspiran a lograr una mayor autonomía en estos países de la región.

A nivel interno será también clave determinar si Erdogan abre la mano y permite un ejercicio extendido de los derechos y libertades fundamentales –ampliamente reprimidos a raíz de la asonada–, tras unas campañas de detenciones que se han saldado con decenas de miles de detenidos.

Numerosas ONG han denunciado la deriva autoritaria de Erdogan en los últimos años, justificada por el mandatario con argumentos sobre la seguridad nacional, una situación que ha provocado además numerosas críticas internacionales y ha llevado a Ankara a enfrentamientos diplomáticos con diversos países de la Unión Europea (UE).