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La eterna Shirley Cruz demostró una vez más que lo imposible es posible: ¡Pentacampeonas!

Shirley Cruz les había dicho a sus compañeras que se olvidaran su despedida, que estaban a 90 minutos de algo importante. No era un simple mensaje de motivación, es que ella realmente lo creía.

Era un partido emotivo, pero en el que había mucho en juego. Sporting llegó al Morera Soto con ventaja de 4 a 1 en la final y las leonas iban por la remontada.

Alajuelense puso manos a la obra y mucho corazón en el juego. Con goles, iba ganando el duelo 3 a 0 y el global era 4 a 4. Hubo tiempos extra. Y ahí la Liga hizo el gol definitivo. El del pentacampeonato.

Para Shirley fue su último juego oficial con un club, pero aún queda pendiente el reto desafiante de ser la capitana de la Selección Femenina de Costa Rica en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, donde las ticas se medirán a España, Japón y Zambia en la fase de grupos.

Después de eso, Shirley Cruz se convertirá en la primera jugadora costarricense a la que se le hace un partido de despedida.

Ese detalle refleja en sí lo que ha sido su historia, de abrir puertas y romper barreras, de acabar con los estereotipos y contribuir con hechos para que la mujer pueda desenvolverse en cualquier ámbito que la apasione, incluido el fútbol.

Nunca ha sido fácil y ella misma sabe que aún queda mucho camino por avanzar.

Pero está orgullosa de que se han dado pasos importantes, que ha sido propulsora del cambio y lo constata cuando ve a tantas niñas jugando fútbol, en equipos que creen en el fútbol femenino y que ya trabajan con su propio semillero. Algo impensado hace tan solo unos años.

Antes del inicio del juego, el equipo femenino de Alajuelense se tomó una fotografía histórica con una manta alusiva a Shirley Cruz.

Chiquitas que sueñan con ser como Shirley, pero que también ven a figuras como Priscila Chinchilla, María Paula Salas, Melissa Herrera, Raquel Rodríguez, Alexandra Pinell, Noelia Bermúdez, Viviana Chinchilla, Sofía Varela, Cristin Granados, Katherine Alvarado, Marian Solano, Génesis Pérez, o Sheika Scott, por citar algunas.

La gran capitana sabe que cumplió su misión, que muchas cosas del pasado ya son etapas superadas.

Situaciones con las que ella tuvo que lidiar, como cuando de pequeña usaba el cabello corto para poder mezclarse con los amigos de su hermano y poder jugar al fútbol.

En la casa siempre la apoyaron, sin imaginar que aquella niña a la que le encantaba el fútbol traspasaría fronteras y se convertiría en una leyenda del fútbol centroamericano.

Cruz debutó con la ‘Sele’ en 2003 y poco tiempo después, su estilo de juego cautivó a un cazatalentos. Cuando esa persona le habló de la posibilidad de que se fuera a Europa, ella pensaba que se trataba de una broma.

Muchos aficionados llevaron detalles como agradecimiento y admiración para Shirley Cruz.

Pero era tan real como la historia que ya construía sin percatarse de eso. Con 20 años, Shirley Cruz fichó por el Olympique Lyon de Francia.

Ahí jugó seis años y fue una etapa en la que ganó seis títulos de Liga, dos títulos de Copa y dos Champions League.

Entre los años de 2012 y 2018, Shirley jugó con el París Saint Germain. La tica fue elegida la mejor jugadora de la liga francesa en la temporada 2012-2013.

Su historia de grandeza se sintetiza en nada más ni nada menos que doce campañas en Europa, en las que anotó 66 goles en 293 juegos. En ese lapso, Shirley Cruz disputó cinco finales de Champions League, en las que obtuvo dos medallas de oro y tres de plata.

Al acabar su imponente aventura cargada de éxito en el Viejo Continente, la referente del fútbol femenino costarricense emprendió otro reto, que fue difícil, pero implicó toda una experiencia de vida, al marcharse a Asia.

En la temporada 2018-2019 fichó con Jiangsu Suning, donde fue campeona de la Copa de Regiones y del Torneo de Copa, en la Superliga China.

Y llegó el momento de volver a casa. Alajuelense acababa de establecer un convenio con Codea y por supuesto que ella entraba en los planes.

Era la Liga, el equipo de sus amores, al que no podía decirle que no. Era el club en que soñaba con jugar y que ya adulta, fue testigo de que no hay imposibles. El entonces presidente del club, Fernando Ocampo pasaba en contacto permanente con ella y la fichó.

Fue más que una firma. Eso marcó otro gran paso y que detonó una verdadera revolución en el fútbol femenino de Costa Rica.

Shirley Cruz se convirtió en la primera jugadora en firmar un contrato profesional de fútbol con un equipo tico.

Fue como poner la primera piedra para el camino real hacia la profesionalización, que aún empieza.

El liguismo acudió al Morera Soto porque quería ir al último juego oficial de Shirley Cruz, pero también porque creía en la remontada.

Pero eso sirvió para que el fútbol femenino en Costa Rica dejara de ser un asunto de tan solo pagar viáticos.

A ellas se les empezó a dar otro tipo de garantías también, como un seguro médico y oportunidades para estudiar, preparándose de cara al futuro.

Shirley Cruz llegó y fue la capitana que con el escudo de Alajuelense en su casaca rojinegra alzó la copa en aquella final histórica del Clausura 2019, una imagen que le dio la vuelta al mundo por jugarse con aforo completo en el Estadio Alejandro Morera Soto.

El balón la sorprendió de nuevo, porque no lo esperaba. A ella le llegó una oportunidad imposible de rechazar y se marchó al OL Reign en el fútbol profesional de Estados Unidos.

La 10 cumplió su promesa de regresar a Alajuelense, donde capitaneó a las leonas y ella misma definió que este torneo era su último rock and roll.

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