La máxima expresión de la violencia que golpea El Salvador, uno de los países más sangrientos del mundo, saltó el jueves de las calles y barrios de sus municipios a la piscina del zoológico de San Salvador donde malvivía su único hipopótamo.
El gobierno salvadoreño anunció el domingo la muerte de Gustavito, tras cuatro días de agonía, después de ser agredido por desconocidos en las instalaciones del Zoológico de la capital.
La salud de Gustavito se fue deteriorando durante el fin de semana tras «luchar por sobrevivir» desde el pasado martes, cuando fue agredido «con objetos contundentes y cortopunzantes por personas desconocidas e inescrupulosas», informó la Secretaría de Cultura (Secultura) de la Presidencia.
El hipopótamo, de 16 años y único ejemplar de esta especie en el país centroamericano, presentaba «hematomas y laceraciones en la cabeza y cuerpo».
Por el tipo de heridas, se cree que fue atacado con piedras, picahielos y hierros filosos (…) el animal tiene profundos cortes en su hocico y cabeza, por lo que las autoridades deducen que trató de defenderse señalaron las autoridades en un comunicado.
Gustavito había llegado a El Salvador en octubre de 2004, tres meses después de la muerte de Alfredito, hipopótamo que vivió durante más de 28 años en el único zoológico público del país centroamericano.
La noticia ha impactado a la opinión pública salvadoreña que ha seguido alarmada la agonía del animal, tanto por absurda como por violenta. En 2016, la tasa de homicidios fue de 81 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Gustavito, cuyo nombre fue elegido por una votación popular organizada por un periódico local, era además uno de los animales más queridos por los salvadoreños, quienes expresaron su indignación por la agresión y se cuestionaron la seguridad del recinto, del que pidieron su cierre definitivo.
«Lo que le hicieron a Gustavito, habla menos del pésimo zoológico que tenemos y más de lo enferma de violencia que está nuestra sociedad», escribió el alcalde de San Salvador Nayib Bukele. El funcionario anunció que mantiene conversaciones para cerrar ese espacio y transformarlo en un eco-parque.
Tampoco es la primera vez que la ciudadanía cuestiona el cuidado de los animales del zoológico, ya que anteriormente se registraron los decesos de una cobra, un borrego y un cachorro de león africano.
