Inicio Internacional Las principales pérdidas del Estado Islámico en Irak, Siria y Libia

Las principales pérdidas del Estado Islámico en Irak, Siria y Libia

Esta fotografía, tomada a principios de julio, muestra los escombros en la mezquita de Al Nuri, en la ciudad vieja de Mosul. (AFP)

Bagdad

La reciente caída de Mosul, último gran bastión urbano en Irak del grupo Estado Islámico (EI), constituye el más importante revés de los yihadistas desde que perdieron el control de vastas regiones de Irak y Siria, y de ciudades libias, en el 2014.

Desde entonces, el EI ha perdido los siguientes territorios:

2015

Kobane. Esta ciudad kurda, situada en la frontera turca, se convirtió en el primer símbolo de la lucha contra el EI, quien fue expulsado de allí el 26 de enero del 2015, tras más de cuatro meses de combates por parte de las fuerzas kurdas, con el apoyo de los bombardeos de la coalición internacional.

Tikrit. De mayoría sunita, la ciudad fue reconquistada en marzo del 2015 por las fuerzas iraquíes, junto con las milicias chiitas y la coalición internacional.

2016

Ramadi. Capital de la provincia de Al Anbar y ciudad sunita a 100 kilómetros al oeste de Bagdad, Ramadi fue retomada el 9 de febrero del 2016, mientras que la localidad vecina de Faluya, primera ciudad iraquí capturada por el EI en enero del 2014, cayó el 26 de junio.

Al Qayyarah. En agosto del 2016, las fuerzas iraquíes recuperaron esta ciudad, que posee una importante base aérea que servirá de trampolín para la reconquista de Mosul, situada a 60 kilómetros más al norte.

Manbij. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición kurdoárabe apoyada por Washington, se apoderan en agosto del 2016 de esta ciudad del norte del país, en manos del EI desde el 2014.

Jarablus. El 24 de agosto del 2016, rebeldes apoyoados por Turquía conquistan esta ciudad de la frontera turcosiria, en el marco de una ofensiva orquestada por el ejército turco.

Dabiq. Cercana a la frontera turca, Dabiq, que los yihadistas perdieron en octubre del 2016, tenía un valor simbólico para el EI pues, según una profecía del islam, el ejército de los musulmanes debía triunfar allí frente a los infieles, que los yihadistas asimilan a la coalición.

Sirte. El jefe del Gobierno de Unidad Nacional anunció el 17 de diciembre del 2016 la «liberación» de Sirte, matizando que la guerra contra el «terrorismo» en Libia «no había acabado» La ciudad había caído en manos del EI en junio de 2015.

El Primer Ministro de Irak, Haider al-Abadi, durante su arrivo este domingo a Mosul. (AP)

2017

Al Bab. El ejército turco anuncia el 24 de febrero del 2017 la conquista de Al Bab, bastión del EI en la provincia septentrional de Alepo, con el apoyo de los rebeldes sirios.

Palmira. La ciudad antigua de Palmira (centro) fue arrebatada al EI el 2 de marzo del 2017, por el régimen y su aliado ruso. Ha pasado por varias manos desde el inicio del conflicto, en el 2011. Primero, el EI la conquistó en mayo del 2015, el régimen la recuperó en marzo del 2016, pero en diciembre volvió a caer en manos de los yihadistas. Allí destruyeron una parte de sus riquezas arqueológicas, inscritas en el Patrimonio mundial de la humanidad.

Batalla de Raqa. El 5 de noviembre del 2016, las FDS lanzan la ofensiva «Cólera del Éufrates» para arrebatarle al EI su «capital» en Siria. El 10 de mayo del 2017, se apoderan de la ciudad de Tabqa y de su presa, en su camino hacia Raqa. El 6 de junio, entran en Raqa.

Mosul. Alrededor de 30.000 miembros de las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de los bombardeos de la coalición internacional dirigida por Washington, dedicaron nueve meses para expulsar al EI de la segunda ciudad de Irak. La ofensiva comenzó el 17 de octubre del 2016. La parte oriental, en la ribera izquierda del Tigris, fue reconquistada en tres meses.

El ataque contra  Mosul   Oeste comenzó el 19 de febrero. El 18 de junio, las fuerzas iraquíes iniciaron el asalto de la ciudad vieja, último reducto de los yihadistas, que destruyeron allí la emblemática mezquita Al Nuri y su minarete inclinado. La ciudad quedó en ruinas, la mayor parte de su población huyó, en tanto los yihadistas ofrecieron una tenaz resistencia hasta el final.