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Los niños atrapados en la cueva aguantaron bebiendo agua de la gruta e intentaron escapar cavando

Publicado 18/07/2018 15:40:29CET

Los doce menores y su entrenador comparecen ante la prensa tras completar su recuperación en un hospital

MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) –

Los doce niños de un equipo de fútbol y su entrenador que permanecieron durante días atrapados en una cueva del norte de Tailandia sobrevivieron bebiendo agua de las paredes de la gruta hasta que les encontraron los rescatadores y antes intentaron escapar del lugar cavando, según ha relatado su preparador, Ekapol Chantawong, también conocido por el apodo de ‘Ake’.

En su primera comparecencia pública tras haber sido rescatado y después de haberse recuperado en un hospital, los doce niños y su entrenador han participado en una conferencia ante los medios para responder a una serie de preguntas seleccionadas sobre la experiencia que vivieron en la gruta y su complejo rescate.

El entrenador del equipo de ‘Los Jabalíes Salvajes’ ha contado que la lección que han aprendido tras los días atrapados en la cueva, donde entraron el 23 de junio y se vieron sorprendidos por las intensas lluvias, es que tienen que ser «más cuidadosos» y «revisar sus actividades».

«Mi lección es que agradecemos de verdad toda vuestra amabilidad. Tenemos que ser más cuidadosos y revisar las actividades», ha afirmado, según informa el diario ‘The Guardian’. Preguntado sobre si se plantea volver a la cueva en la que quedaron atrapados, ‘Ake’ ha dicho que podría hacerlo acompañado de «un guía» y uno de los niños ha subrayado que él no volverá.

Sobre la experiencia vivida en el interior, uno de los niños ha dicho que estaba «preocupado» por los deberes del colegio que no podía hacer durante el cautiverio y otro llamado Adul ha contado que lo que ha aprendido es que no se puede vivir sin prestar atención a las cosas. «A partir de ahora, viviré mi vida atentamente», ha añadido.

Por su parte, Chanin Wiboonrungrueng, también conocido como ‘Titán’ y el más pequeño de los jugadores, ha destacado que la experiencia en la gruta le ha enseñado a «valorar la vida». «Me siento más fuerte y ahora tengo más paciencia y resistencia», ha indicado.

Sobre su futuro, varios niños han dicho que quieren ser futbolistas profesionales y otros, como es el caso de Ekkarat Wongsookchan, apodado Bew, han asegurado que quieren convertirse en militares de la unidad de élite SEAL de la Marina tailandesa, los especialistas militares que han liderado la parte tailandesa del rescate.

Los niños han explicado que durante los días que estuvieron atrapados en la cueva desde que les encontraron los buzos jugaron con ellos a las damas y que a uno de los SEAL tailandesas le apodaron el ‘rey de la cueva’.

AGRADECIMIENTOS AL BUZO QUE PERDIÓ LA VIDA EN LA CUEVA

Los pequeños también han tenido palabras de recuerdo y de condolencias por la muerte de Saman Kunan, el submarinista que perdió la vida al quedarse sin oxígeno cuando regresaba de haber estado con los niños en la gruta. «Nos sentimos culpables por su muerte», ha contado ‘Ake’, el entrenador.

En la comparecencia se han mostrado mensajes escritos por los niños para trasladar su solidaridad con la familia del buzo fallecido. «Gracias desde lo más profundo de mi corazón», señala el mensaje de uno de ellos dirigido a la familia de Kunan.

Un mando de los SEAL de la Marina tailandesa ha explicado que un buzo británico identificado como Jason fue quien llevó alimentos a los trece atrapados en la cueva y que se estudió la posibilidad de sacar a los niños excavando en la gruta.

El militar ha señalado, además, que las máscaras submarinas eran específicas para los pequeños. Por su parte, ‘Ake’, el entrenador, ha explicado que al principio pensó que el nivel del agua bajaría pronto y que podrían salir y que luego se percataron que seguía subiendo y que tendrían que esperar a ser rescatados.

Al principio, según su relato, intentaron cavar para buscar una salida y lo hicieron organizándose por turnos. Intentaron cavar para lograr encontrar un sitio seguro y comenzaron a beber agua que corría por las paredes y que parecía estar «limpia».

El entrenador les dijo a los niños en las primeras horas que no se preocuparan porque el nivel de agua bajaría al día siguiente. «Vimos agua cayendo por las paredes, por lo que nos quedamos cerca del origen del agua. En ese momento no teníamos miedo porque pensábamos que el agua bajaría y que alguien nos rescataría», ha señalado. «No teníamos comida, solo bebimos agua», ha indicado uno de los niños.

TODOS LOS NIÑOS SABÍAN NADAR

‘Ake’ ha afirmado que todos estuvieron de acuerdo en refugiarse en la cueva cuando les sorprendieron las intensas lluvias el 23 de junio y ha subrayado que todos los niños sabían nadar. «No es cierto que no supiéramos nadar, después del fútbol hacemos natación», ha indicado.

«No nos dimos cuenta del nivel que podía alcanzar el agua», ha admitido el preparador, para después explicar que cuando los jugadores le preguntaron si se habían perdido, él les dijo que no estaban perdidos y que podrían salir con la ayuda de cuerdas

Uno de los niños, Abdul Sam Un, apodado ‘Dul’, ha recordado que cuando les encontraron los buzos llevaban diez días atrapados y que sus cerebros «funcionaban muy despacio». Cuando vieron al primer submarinista, se sorprendieron porque no era tailandés sino británico. «Fue un momento milagroso», ha asegurado ‘Dul’. El buzo les preguntó si se encontraban bien y le dijeron que sí, a lo que él replicó: «Excelente».

El entrenador le pidió a ‘Dul’ que hiciera de traductor con los buzos británicos, que les pidieron que mantuvieran la paciencia. En la comparecencia ante la prensa han participado tres militares de la unidad de élite SEAL de la Marina tailandesa y responsables médicos que han estado con los trece rescatados durante el proceso de recuperación. Los médicos han dicho que los niños y su entrenador están bien y pueden volver a la normalidad y que su estado psicológico es «bastante bueno».

Los equipos especializados completaron el 10 de julio el complicado rescate por fases de los doce niños y su entrenador tras haber permanecido en la cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia, desde el 23 de junio. El operativo se prolongó durante varios días y todos los rescatados salieron sanos y salvos con la ayuda de buzos especializados en rescates de riesgo.