Los comercios, centros de enseñanza e instituciones permanecen cerradas en Gaza y Cisjordania en recuerdo de las 60 víctimas que dejó ayer la represión del Ejército de Israel.
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Los palestinos viven una jornada de huelga general, convocada por su presidente Mahmud Abbas, para protestar por la represión israelí de las manifestaciones del día anterior en la Franja de Gaza, en las que el Ejército de Israel mató a 60 personas, entre ellos al menos seis niños, y dejó más de 2.700 heridos.
El paro se ha secundado en Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Este. Los comercios, colegios, universidades, guarderías y las instituciones públicas han permanecido cerrados, en señal de duelo y en conmemoración de los 70 años de la Nakba, el día en que comenzó el exilio, desposesión y desarraigo del pueblo palestino con la creación del Estado de Israel.
«Las tiendas permanecen cerradas, mientras que los funcionarios, trabajadores del sector privado y estudiantes se han quedado en casa», cuenta la agencia Maan.
El diario israelí Yedioth Ahronoth ha informado de que grupos de palestinos han impedido que los camiones circulen por el paso de mercancías de Kerem Shalom.
El Comité Superior de Seguimiento de la Comunidad Árabe en Israel también ha llamado a una huelga general dentro del territorio israelí.
La ministra de Justicia, Ayelet Shaked, ha dicho en la radio militar que Gaza estaría tranquila si se derriba el régimen de Hamás, al que ha denominado «una organización terrorista asesina que ha tomado el control de la Franja».
Este medio asegura que decenas de palestinos se han empezado a congregar frente al puesto fronterizo de Karni para volver a manifestarse hoy, aunque las protestas previstas para esta jornada ha sido suspendidas en señal de luto por los fallecidos ayer.
El Ejército israelí ha ampliado sus unidades tanto en la frontera con Gaza como en Cisjordania, y ha aumentado los efectivos de unidades especiales y fuerzas de inteligencia.
El lunes, además, Estados Unidos abrió una embajada en Jerusalén, rompiendo el consenso internacional sobre la idea de que el estatus de la ciudad deberá dirimirse en el marco de unas conversaciones de paz entre Israel y Palestina.
